'Balconing' en Ibiza: "No es el primero que vemos pasar de una terraza a otra, podría haber pasado una desgracia"
Una vecina de Platja d’en Bossa relata cómo un joven turista pasó de un balcón a otro desde el tercer piso de un hotel
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Redacción
“Lo hemos visto más veces, pero nunca habíamos llegado a tiempo de hacer la foto”, comenta F. M., vecina de Platja d’en Bossa, sobre la imagen que captó este domingo por la tarde: un turista jugándose la vida pasando de un balcón a otro en un hotel de la zona. “Eran algo más de las ocho, volvía de dar una vuelta con mi perro y mi familia por el barrio cuando los vimos”, relata la mujer. “Cuando giramos por la calle Fray Luis de León, a la que da la parte trasera del hotel, para llegar al paseo, mi madre pegó un grito, señalando a la fachada. Y entonces los vimos”, continúa.
En ese momento, vieron cómo un joven de un grupo más numeroso cruzaba de un balcón a otro de la tercera planta. Una tercera planta que, matiza la testigo, en realidad es como una cuarta o una quinta, ya que la planta baja, al acoger el comedor del hotel, es especialmente alta y, además, al tratarse de la parte de atrás, está el sótano, con los accesos a lavanderías y otros servicios del hotel, que se encuentran un nivel por debajo de la calle.
Se subió a la barandilla y pasó al otro balcón
Al ver lo que ocurría, la familia sacó los móviles para intentar captar la escena, pero los llevaban escondidos en los cestos de la playa, por lo que les costó sacarlos, de manera que únicamente llegaron a captar el momento en el que uno de los jóvenes llega, por fin, a la terraza de destino. “Era un chico, pero en el grupo había tanto hombres como mujeres. Todos, salvo uno, estaban en el primer balcón, desde el que el joven saltó al de al lado, agarrándose fuerte a la pared”, explica. “Se subió a la barandilla, se aferró a la separación entre los dos balcones y trató de alcanzar con la pierna la barandilla de la terraza a la que quería llegar”, narra la vecina, que no apartaba la vista de la fachada mientras trataba de localizar el móvil. Según relata, el joven hizo un par de intentos antes de sentirse lo suficientemente seguro como para dar el último paso y saltar a la terraza, donde había otro chico. “En el momento en que llegó, se metieron en la habitación y cerraron la corredera a toda prisa”, cuenta.
Quienes contemplaban la escena no quieren ni pensar en lo que hubiera pasado si el joven, en vez de cruzar de balcón a balcón csn éxito se hubiera resbalado o soltado de la columna y se hubiese precipitado al vacío. “Una desgracia. Una más”, concluye.
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