Los recuerdos de los centros de día del olvido de Maria Torres Cardona

Maria Torres Cardona presenta este viernes (20 horas, Llibreria Mediterrània) ‘Alenades’, un dietario escrito durante los seis meses que trabajó en los centros de día de trastornos de la memoria de Formentera y Cas Serres

Maria Torres Cardona, ayer, con varios ejemplares de ‘Alenades’, en la Llibreria Mediterrània.

Maria Torres Cardona, ayer, con varios ejemplares de ‘Alenades’, en la Llibreria Mediterrània. / Juan A. Riera

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

La doneta que siempre sonríe. El hombre alto que besa las manos con suavidad. La mujer de la trenza a la que la sonrisa pinta una expresión «de niña» en el rostro. El señor de cara redonda que prefiere el sol a los ejercicios. La que, con la cara surcada de arrugas, quiere escaparse para cuidar de su madre enferma. Son sólo algunos de los protagonistas de ‘Alenades. Dietari d’una reflexió de vida’ (Miquel Costa Editor), el primer libro que publica Maria Torres Cardona. Un libro que nació hace diez años, en 2013, durante los seis meses que trabajó en los centros de día de trastornos de la memoria de Formentera y Cas Serres.

Al sur de es Freus es donde se encuentra realmente el origen de estos recuerdos, explican Torres y Vicent Marí, su editor. En las prácticas del curso Tramuntana de atención sociosanitaria del Consell de Formentera. Allí se topó de frente con la demencia, con los trastornos de la memoria, con la fragilidad de la vejez. Una experiencia que la marcó. Que le mostró su propia fragilidad. Y sobre la que fue escribiendo. «A veces en el barco, a veces en un banco, en una cafetería, o en casa», explica Torres Cardona apoyada en la estantería llena de ejemplares de su libro de la Llibreria Mediterrània, donde este viernes a las ocho de la tarde presentará oficialmente su primer libro. Trance en la que la acompañarán su editor y la maestra y psicóloga María José Salas Tébar. «La idea era presentarlo primero en Formentera, que es donde surgió todo, pero no ha sido posible», comenta el editor, que no descarta organizar pequeñas presentaciones en las residencias y los centros de día, con los usuarios y sus familiares. «Se lee muy rápido», comentan en la librería, donde a pesar de que hace apenas unos días que se ha publicado ya han vendido unos cuantos. «Un par payés», bromea el librero y editor, que asegura que no ha habido que tocar mucho el texto original, sólo «vestirlo» un poco, para lo que le pidió a la autora que escribiera un prefacio «contextualizando» el dietario y que buscara a alguien que lo prologara. Una labor de la que se ha encargado Paca Marí Ferrer, que no duda en calificar ‘Alenades’ de «un generoso striptease emocional».

El recuerdo de su abuela

La escritora confiesa que tiene la costumbre de escribir lo que vive, lo que ve, lo que oye, lo que le pasa, lo que siente, desde que era pequeña. De hecho, el texto que cierra ‘Alenades’ es un poema que escribió en 1988, cuando tenía apenas 19 años, tras la muerte de su abuela. «L’espelma s’apaga. Cap cor ja no batega».

«Cuando una cosa me afecta, cuando me impacta, escribo», comenta la ibicenca, que confiesa que nunca pensó en que esas ideas plasmadas en un cuaderno durante aquellos seis meses que trabajó en los centros de día de Formentera y Cas Serres acabarían publicándose. «Personas de mi entorno que lo habían leído me dijeron que tenía que publicarlo», señala la autora, que, tras revisar las notas de esos días, y limpiarlas de todo aquello que no tenía que ver con el contacto con los usuarios de los centros de día, se lo ofreció a Miquel Costa, que ya estaba preparando su jubilación, y le dijo que hablara con Vicent.

«Cuando lo leí me pareció que era una mirada interesante, un punto de vista diferente», explica el editor, que destaca que en este libro las familias que tienen a personas queridas en un centro de día o una residencia podrán asomarse a algo que, en general, desconocen: la relación que se establece entre los usuarios de estos centros y quienes les cuidan todos los días y cómo ese contacto diario, ese roce, ese cariño, afecta también a esos profesionales. Es algo que conoce bien la autora, que confiesa que esos seis meses en Formentera y Cas Serres le sirvieron para ver que no podría dedicarse a esa labor. «Emocionalmente no podría, no lo soportaría», afirma.

Las horas del olvido

Sólo hay que leer ‘Alenades’ para entender por qué lo dice. Los textos, pequeños, como pinceladas, rebosan ternura. Y están cuajados de poesía. «Eso es algo que te sale en el momento, cuando lo escribes porque lo estás viviendo, no se puede añadir después, con el tiempo», afirma Maria Torres, a la que aún se le ponen los pelos de punta cuando se le recuerda un instante plasmado en el libro. Un momento vivido con «la mujer de la trenza». Una conversación, un abrazo, unas lágrimas, una confesión. Una conexión que, apenas unas horas después, se han desvanecido de su memoria.

De momento, Maria Torres Cardona, que tiene un sinfín de escritos, no se plantea publicar nada más. «La mayoría son cosas personales, aunque también hay cosas inventadas, ficción», explica la autora de ‘Alenades’, que no ha contado entre sus lectores cero con personal de residencias y centros de día. «Desconozco qué pensarán», comenta, encogiéndose de hombros y mirando la portada de su libro (diseño de Álvaro Jiménez sobre una idea de Marina Crespo, la hija de la escritora), cuyos tonos naranjas destacan entre el mar de azules, blancos y grises que presiden la estantería de las novedades locales.

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