Maniobras ‘Eagle Eye 23-01’

Los 76 minutos del Rey en las maniobras de Ibiza

El monarca llegó a bordo de un Falcon y se fue en un helicóptero

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

El rey Felipe VI permaneció ayer en Ibiza 76 minutos para supervisar las maniobras ‘Eagle Eye 23-01’, que se desarrollan desde el pasado lunes y hasta mañana viernes en el área de Balears con la participación de militares del Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire y el Espacio. Su objetivo es entrenar las capacidades de vigilancia y defensa aérea permanentes en el territorio nacional por parte de las Fuerzas Armadas.

El monarca despegó de la base militar de Son Sant Joan, en Mallorca, a las 11.40 horas a bordo de un Falcon y tomó tierra en el aeropuerto de Ibiza a las 12 horas. Iba acompañado del Almirante General Teodoro Esteban López Calderón, jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad ).

Felipe VI, vestido con uniforme de campaña y boina (azul, de lana) de la Guardia Real, bajó rápido del reactor (para no perder tiempo, pues su visita fue fugaz) y saludó (primero militarmente, luego con unas palmaditas en el hombro izquierdo) al jefe de la unidad desplegada en la isla para estos ejercicios, el teniente coronel Fernando García-Reparaz Pardo de Santayana (que fue jefe de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica del Ejército en plena pandemia).

En una visita milimétricamente pautada y en la que ni dirigió una palabra a la prensa ni se acercó a ella menos de 15 metros, comenzó a andar (en total, 940 metros en esa hora) hacia el extremo este de la pista del aeródromo a las 12.06 horas, junto a una comitiva formada por unos 25 militares y escoltas (no había autoridades civiles), hacia el puesto de mando de la unidad de mando de la Artillería Antiaérea desplegada en la isla, encargada en estas maniobras de proporcionar, con sus 300 militares involucrados en este ejercicio y desde tierra, vigilancia y defensa del espacio aéreo. Unidades de la Guardia Civil vigilaban las proximidades del aeropuerto, incluso subidos a amontonamientos de tierra de obra.

Baterías de misiles

El Rey llegó a las 12.15 horas al campamento, camuflado y en el que había aparcados en su entorno una quincena de vehículos (entre ellos un Vamtac), una batería Mistral y un sistema de misiles Hawk (como los seis lanzadores enviados por España a Ucrania para que el país invadido por Rusia proteja su espacio aéreo de incursiones aéreas y ataques con misiles y drones).

El Rey se interesó brevemente por el funcionamiento y el papel que este armamento juega en las maniobras ‘Eagle Eye 23-01’, para, posteriormente, y tras pasar el puesto de control y la alambrada que rodeaba el puesto de mando, asistir a un briefing (sesión informativa) sobre los ejercicios, que duró 11 minutos.

Dos aviones de combate Eurofighter Typhoon sobrevolaron en formación y a gran altura el aeropuerto de Ibiza, a la vez que otros dos Airbus C-101 Aviojet efectuaban un vuelo rasante y una pirueta justo sobre el campamento

Mientras tanto, dos aviones de combate Eurofighter Typhoon sobrevolaron en formación y a gran altura el aeropuerto de Ibiza, a la vez que otros dos Airbus C-101 Aviojet, aeronaves dedicadas a la instrucción, efectuaban un vuelo rasante y una pirueta justo sobre el campamento (especialmente uno de ellos), que repetirían minutos más tarde, ya a la vista del monarca, pues hasta entonces se hallaba bajo techado.

Breve parada del Rey para ser informado por los responsables de los misiles allí instalados y, a continuación, nueva caminata a paso ligero durante seis minutos hasta llegar a la segunda estación de la unidad antiaérea desplegada en Ibiza para estas maniobras.

Radar y baterías antiaéreas

La comitiva (con la prensa siempre delante a una distancia bastante prudencial) alcanzó el segundo puesto a las 12.48 horas. Allí, Felipe VI paseó junto a un radar RAC 3D y al sistema 35/90 Skyguard, acompañado de dos baterías antiaéreas, y pudo charlar brevemente con el apuntador óptico.

El paso del monarca español por ese segundo puesto fue más breve, pues en apenas 15 minutos salió raudo para subirse (junto al Jemad) a un coche oficial que, escoltado por cinco vehículos, le esperaba ya allí y le devolvió al punto de la pista del aeropuerto de Ibiza donde había aterrizado justo una hora y dos minutos antes. Eso sí, en esta ocasión no iba a regresar a Mallorca, al aeropuerto de Son Sant Joan, a bordo del Falcon, sino que subió a uno de los dos helicópteros SH-60B Seahawk llegados al aeródromo ibicenco, desde donde despegó a las 13.16 horas en dirección a la fragata ‘Cristóbal Colón’, que participa en las maniobras ‘Eagle Eye 23-01’ y que se encontraba en aguas cercanas. Esta fragata, del programa F-100, es un escolta multipropósito de primera línea para escenarios de alta, media y baja intensidad, capaz de ejercer funciones de vigilancia aérea hasta los 500 kilómetros de distancia y los 40 kilómetros de elevación.

El rey Felipe II continuó entonces la apretada agenda vinculada a estas maniobras militares en aguas de Balears, y que prosiguió por la tarde en Mallorca. En Ibiza apenas permaneció, pues, 76 minutos y anduvo sólo algo menos de un kilómetro.

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