Examen de taxistas en Ibiza: «El taxi es otro ritmo de vida, la hostelería me tenía saturada»

El Palacio de Congresos de Santa Eulària acoge el examen de taxi con unos 70 inscritos. Hay aspirantes que quieren dejar sus empleos actuales y otros que buscan tener un comodín laboral

Toni Escandell Tur

Toni Escandell Tur

El Palacio de Congresos acogió ayer el examen para obtener la credencial de auto-taxi, permiso necesario para ejercer de taxista en el municipio de Santa Eulària, para el que había inscritas unas 70 personas, de las cuales se presentaron la gran mayoría, según fuentes municipales.

En muchos casos esta prueba es una oportunidad para cambiar radicalmente de sector. Hay quien antes ha trabajado en restaurantes u hoteles, en el sector servicios, y que ahora prefiere tener un trabajo algo menos pesado físicamente y con el que poder ganar mucho dinero durante la temporada turística.

Es el caso de la joven Noelia García, de 30 años, que estuvo un buen periodo de tiempo trabajando en la hostelería, a pie de playa. Ella ya es taxista, puesto que este año ha aprobado el examen para ejercer como tal en Sant Josep y ayer quiso probar suerte también en la Villa del Río. Además, el año pasado ya trabajó como taxista: «El año pasado ya lo probé y me gustó. La verdad es que es un trabajo más cómodo».

García cuenta que trabajó más de 10 años en hostelería y que el cambio ha sido importante: «Cambié por la comodidad de trabajar en un taxi. Es otro ritmo de vida, la hostelería me tenía muy saturada y cuando probé el taxi me gustó, así que...». En este sentido, señala que en anteriores trabajos tenía que «estar todo el rato de pie, con el calor en la playa y con gente ebria», entre otros inconvenientes.

Conocimientos a prueba. En el examen hay que demostrar conocer las dos lenguas oficiales. También conocimientos sobre la geografía de la isla y las calles de los núcleos urbanos del municipio, así como la ubicación de lugares de ocio y algunos hoteles.

García nació en Albacete y vive desde 2016 en la isla: «Mi novio, que es de aquí, me comentó que como taxista en la isla se ganaba bastante bien la vida en proporción a las horas». Por otro lado, la joven afirma que, aunque en el taxi también se trabaje durante muchas horas, lo que se gana compensa el trabajo que se realiza.Preguntada, antes de entrar en el examen, por si hay algún aspecto de la prueba que le preocupe, responde relajadamente: «Diría que fallar en las faltas graves, leves,... A veces me lío un poco, pero creo que lo tengo todo controlado».

Silvina Franco, por otro lado, se presenta por primera vez a un examen de taxista. Tiene 31 años y trabaja en una empresa de catering. Cuenta con una amplia experiencia laboral en otros sectores: «He estado en restaurantes y hoteles». Tiene amigas que trabajan en el sector del taxi y que le han animado a venir al examen, para el que se inscribió seis días antes.

Franco quiere cambiar de empleo.

Franco quiere cambiar de empleo. / T.E.

«Me gusta estar en la calle, no pasar horas encerrada trabajando en un sitio concreto»

Silvina Franco

— Ha trabajado en hoteles y restaurantes

Sus motivos para plantearse este cambio son varios. Las cosas buenas que le han dicho sus amigas son «que en la temporada se gana mucho más que en los hoteles, que se conoce a mucha gente y que poco a poco vas aprendiendo inglés, y yo ahora no lo domino mucho».

Además, explica que trabajar como taxista puede ser una forma de evitar la monotonía «de ir de casa al trabajo y del trabajo a casa»: «Me gusta estar por la calle, no encerrada en un sitio concreto». Y añade que esta es una buena manera de conocer la isla.

Así, en su caso, además de lo que se gana, le llama la atención poder vivir una nueva experiencia y adquirir nuevas competencias. Otro de los grandes motivos es poder trabajar de noche, algo que, señala, es especialmente importante para quienes tienen hijos, ya que así pueden pasar más tiempo con ellos durante el día.

Un caso muy diferente a los dos anteriores es el de Verónica Bermejo, que trabaja en Correos desde hace 15 años y que se presenta a este examen no necesariamente para pasarse inmediatamente al taxi, sino que lo hace simplemente para tener un comodín laboral al que poder recurrir en un momento dado: «Siempre va bien tenerlo. Ya valoraré si quiero trabajar como taxista para la temporada de verano, por ejemplo». De hecho, ella ya cuenta con la licencia municipal de taxista en el municipio de Ibiza y todavía no ha ejercido como tal.

Un comodín

«Ya valoraré si comienzo a trabajar de taxista ¿Quién sabe? Si al final acabo valorando que es un trabajo de temporada, de seis meses de trabajo, y con un sueldo que va bien y que te compensa porque en lugar de diez u once meses trabajas seis y ganas lo mismo, pues... Se trata de valorarlo, probar y luego volver a valorarlo», insiste.

En Correos ha trabajado en todos los municipios de la isla, tanto como empleada de oficina como de reparto, por lo que se conoce muy bien las calles.

El pasado 15 de febrero ya se celebró otro examen en Santa Eulària, aunque en aquella ocasión se presentaron aproximadamente 130 personas, unas 60 más que ayer. «Los exámenes se van realizando conforme hay demanda, pero cuando más cerca estamos del inicio de la prestación del servicio, menos aspirantes hay, porque los que tienen más interés ya se lo han sacado con antelación», explican, al respecto, fuentes del Ayuntamiento.

Florián Epure es otra de las personas que esperan a las puertas del Palacio de Congresos. Tiene 43 años, es albañil y esta es la primera vez que se presenta a la prueba: «Es solo para probar, porque de momento no tengo claro que vaya a cambiar de trabajo. Y si me lo saco, pues ya lo tengo», explica a este diario.

De hecho, apunta: «Tampoco es nada fácil ser taxista, se trabaja muchas horas y a veces hay que estar de noche. No es tan fácil como se cree. Lo único que es un trabajo en el que no te ensucias».

Uno de los primeros en llegar a las inmediaciones del recinto es Dan Marius Codarcea. Tiene 40 años y ha trabajado diez años como repartidor en la que hasta hace poco era su empresa, pero hace cinco años que tiene una hernia discal, lo que ahora, después de forzar durante un tiempo, le obliga a un cambio para no tener que realizar el mismo esfuerzo físico.

Codarcea antes del examen.

Codarcea antes del examen. / T.E.

«La semana pasada me di de baja [como repartidor] para estudiar para el examen»

Dan Marius Codarcea

— Ha sido repartidor durante años

«Dicen por ahí que se gana mucho, pero en mi caso no es por el dinero, sino simplemente por la hernia. Podría continuar como repartidor, pero no quiero forzar. Quiero cambiar un poquito y esto es lo más adecuado que he encontrado». Así, su plan es empezar cuanto antes a trabajar como taxista: «La semana pasada me di de baja [como repartidor] para estudiar para el examen y a partir del mes que viene o del 1 de mayo ya empezaría con el taxi».

Codarcea cuenta con una clara ventaja: debido a su anterior empleo, conoce perfectamente todas las calles y rincones, aunque matiza que no tanto por sus nombres sino porque se orienta visualmente con facilidad. «Pero asustado no estoy, la gente dice que el examen no es tan difícil y me he preparado bastante», añade Codarcea antes de entrar al examen para conseguir la licencia municipal.

Examen de taxi. Unas 70 personas se examinaron ayer en Santa Eulària para obtener la credencial de auto-taxi, necesaria para ejercer de taxista en el municipio. Entre los aspirantes había personas que hasta ahora han trabajado en sectores muy diferentes y que buscan un nuevo empleo que se adapte mejor a sus necesidades. También hay quien quiere el aprobado para tener un comodín laboral, no necesariamente para ser taxista en el corto plazo.

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