Seis consejos a tener en cuenta antes de adquirir un vehículo de segunda mano en Ibiza

Las altas temperaturas de la isla en verano o el elevado porcentaje de humedad son algunos de los factores que influyen en el estado de los vehículos

Varios coches circulando en una imagen de archivo

Varios coches circulando en una imagen de archivo / DI

Á.Torres

Los coches de segunda mano son una opción para muchos ciudadanos de Ibiza y también para algunos trabajadores que vienen temporalmente a la isla. Sin embargo, la compra de estos vehículos en páginas de compraventa o redes sociales también es un acto arriesgado.

Las altas temperaturas de la isla en verano o el elevado porcentaje de humedad son algunos de los factores que influyen en el estado de los coches a lo largo de su vida, lo que provoca que previamente a la compra sea necesario fijarse en algunos aspectos.

  1. Neumáticos. "Comprobar que estén en buen estado y no estén caducados", explica Miguel Pérez, máster en Mecánica e Ingeniería de Competición. "Es importante que se hayan cambiado en los últimos dos o tres años porque se endurecen, sobre todo en lbiza a causa de la humedad y el calor que sufren más y hace que se endurezcan antes", continúa. Los desperfectos en los neumáticos se acentúan en la isla a causa de la sal, la arenilla y la cal que se acumula en las carreteras. Para analizar el buen estado de los neumáticos también hay que tener en cuenta que éstos tengan la presión correcta para que trabajen en condiciones y se agarren bien al asfalto. "En verano suben las temperaturas y por ende, también sube la presión del interior de la rueda, lo que repercute al buen estado del neumático", detalla Pérez.
  2. Historia del vehículo. Realizar preguntas al comprador y verificar sus respuestas con el estado del coche. "Por ejemplo, fijarse en que los huecos de la chapa sean uniformes, que no esté descuadrado, o que los faros sean iguales para confirmar que no se han cambiado y que el vehículo no haya sufrido algún golpe", puntualiza el experto. "Otra de las cosas en las que fijarse es que los kilómetros realizados por el vehículo estén correlacionados con la antigüedad del coche porque se podrían haber modificado". Otro de los pasos es abrir el capó y comprobar el motor. "Es mejor que esté lleno de polvo, porque si hay una fuga de aceite se marca con mayor facilidad. Si se ve el motor a la perfección quizá signifique que el vendedor lo ha limpiado con anterioridad y con la intención de ocultar alguna fuga. Así que es mejor que esté sucio para comprobar si, en efecto, tiene fuga o no", aconseja.
  3. Quedar de día. Que haya buena luz a la hora de realizar la compra puede ayudar a vislumbrar en mayor medida el estado del vehículo.
  4. Jugar con las funcionalidades. Comprobar que las puertas abren y cierran bien, que todos los botones funcionen, incluidos el claxon y el aire acondicionado. "A veces te dicen que no hay aire acondicionado porque hay que hacerle una carga y no es verdad, también existe la posibilidad de que el coche haya sufrido un accidente y haya perdido todo el gas", advierte. "Sobre todo es importante comprobar el embrague". Un truco, comenta, para saber si el embrague funciona en condiciones, es meter una marcha larga. "Lo ideal es meter quinta o sexta con el vehículo parado, a continuación activar el freno de mano y frenar para después, con la marcha larga metida, ir soltando el embrague poco a poco. El coche se tiene que calar enseguida, si no se cala, significa que está gastado y le queda poca vida", determina. Otros de los aspectos relevantes son que la frenada y el volante sigan una dirección recta.
  5. Probar el coche en frío. "Si se prueba con el motor en caliente, puede ser que tenga problemas de arranque en frío por las mañanas por ejemplo". indica Pérez. Para esto, recomienda desplazarse hasta donde esté el comprador y no a la inversa y descartar quedar en un punto intermedio. "Así está la seguridad de que el coche ha estado parado y se percibe cómo funciona en un primer arranque, asegurándose de que no le cueste o eche humo", precisa.
  6. Analizar el humo. El color del humo es otro de los indicadores del estado del vehículo. Así, si el humo es gris y espeso, puede significar que el coche está consumiendo agua y que tiene un problema de que el agua se queme y salga por el tubo de escape en forma de vapor. "Si el humo es de un color gris azulado es más peligroso", puntualiza Pérez. "Este tono indica que el aceite del motor le está entrando por los pistones, por lo que puede ser que sea fallo de la junta de culata o del intercambiador de calor (enfriador de aceite)". Por otro lado, sigue, si el humo que sale es negro es problema de inyección. "Es decir, por algún motivo el combustible se está quemando mal. Pueden ser a causa de unas bujías o inyectores en mal estado, combustible viejo, problemas en el catalizador o en las válvulas EGR (sistema anticontaminación)...", concluye Pérez.