Sanidad en Ibiza: «Esto va a peor y hay que actuar»

Pacientes y familiares del Hospital Can Misses sufren las consecuencias de la falta de especialistas en el Área de Salud. Denuncian las listas de espera, lo cortas que son algunas consultas y que los resultados de las pruebas tardan en llegar

Toni Escandell Tur

Toni Escandell Tur

Entre los asistentes a la protesta de ayer ante el Hospital Can Misses, que congregó a cerca de 400 personas, había una gran cantidad de historias de lucha de pacientes o expacientes, y también de familiares, que acudieron a la concentración para denunciar la falta de especialistas en el Área de Salud y, en definitiva, para pedir una sanidad de calidad en Ibiza. Algunos, visiblemente emocionados, aplaudían los lemas que Rosario Salazar o Margarita Guasch, dos de las convocantes, iban lanzando, rodeadas de carteles y pancartas.

La paciente Josefa García, que sufre artritis reumatoide degenerativa, lamentó las largas listas de espera que le toca vivir a ella y a otros usuarios: «Soy paciente de reumatología, de neurología y también de traumatología. Estoy en la unidad del dolor en Palma, adonde me derivaron desde aquí». En el resto de áreas, es atendida en Can Misses.

«Esto va a peor y hay que actuar» |

Manifestantes con silbatos y un tambor. / Vicent Marí

«Esto va a peor y hay que actuar» |

«Hoy por mí, mañana por ti» fue uno de los lemas más repetidos. / VICENT MARÍ

Esta ibicenca cuenta que hace unos siete meses le realizaron unas pruebas de neurología relacionadas con los tendones, de las que todavía no ha obtenido los resultados. «El problema son las listas de espera», destaca. De hecho, denuncia que ni siquiera tiene cita todavía para ver a su médico y conocer los resultados de dicha prueba. Nunca había tenido que esperar tanto: «Supongo que el problema es la falta de médicos, porque esto no es normal». Señala que hay profesionales que se van y otros que directamente «no quieren venir».

«Esto va a peor y hay que actuar» | VICENT MARÍ

Miembros de Unisep con carteles de apoyo a los pacientes del centro hospitalario. / VICENT MARÍ

García ha interpuesto varias reclamaciones en Atención al Paciente por las listas de espera y por no conseguir cita, pero la situación, dice, no mejora: «Esto cada vez va a peor. Estas son las consecuencias del servicio del que nos están privando, habiendo trabajado desde los 16 años, cotizando a la Seguridad Social». Como consecuencia, se ve gravemente perjudicada a nivel anímico: «En mi caso, el resultado es que tengo depresión y ansiedad y estoy yendo al psiquiatra y al psicólogo. Tengo que medicarme y tengo problemas de movilidad». «Esto no lo podemos esconder más, hay que tomar cartas en el asunto, hay que actuar», añade esta ibicenca, quien concluye que la precariedad del servicio ocasiona que «los pacientes vayan sumando enfermedades», como le ocurre a ella por su estado de salud mental.

«Esto va a peor y hay que actuar»

Pancarta a favor de la sanidad pública. / VICENT MARÍ

Además, Josefa García recuerda que, precisamente por la falta de personal, a menudo las consultas son cortas: «Los sanitarios van mucho más ajetreados de lo normal. A veces, al salir de la consulta, piensas: ¡Ostras, no le he dicho esto, ni esto otro! Pero es que ellos van agobiados. Tampoco es su culpa». A modo de ejemplo, cuenta que en reumatología las visitas con el médico son de unos diez minutos.

Ramon Massallera, otro de los manifestantes, explica que viene a esta concentración por su hermano Manel, paciente oncológico en periodo de revisión y al que siempre acompaña a las consultas: «Le operaron hace un tiempo de un cáncer de cuerdas vocales y en la última visita [que era de revisión] el oncólogo llamó desde Palma para decir que no podría venir por un problema de aviones». Esto ocurrió el 22 de febrero, una jornada en la que niebla complicó la actividad aérea y los oncólogos que viajan semanalmente desde Mallorca no pudieron llegar a Ibiza. «No entiendo por qué tienen que venir desde Palma y que mi hermano no pueda estar atendido en condiciones normales. Creo que Ibiza se merece más. Esto parece de chiste», apunta indignado Massallera. Subraya que aunque su hermano ya ha sido operado, continúa teniendo molestias y que, por lo tanto, es «muy importante que tenga un seguimiento» en condiciones: «Estoy aquí por mi hermano Manel y por otros Manel que hay». «Parece que en vez de avanzar, vamos hacia atrás», lamenta Toni Marí, que le acompaña en la protesta.

A Ulla, una de las primeras personas en llegar a la concentración de este viernes, le trataron en Ibiza un cáncer de mama en 2016 y 2017. «Ahora ya no tengo cáncer y me encuentro bien. Estoy en revisión y en enero me hicieron unos análisis de sangre, pero todavía no he visto a ningún oncólogo». Este verano también se someterá a una mamografía de revisión. Cuenta que no tiene quejas por el tratamiento recibido en Can Misses mientras duró la enfermedad, pero viene a esta protesta no solo por ella, sino en solidaridad con los pacientes actuales. «Yo tuve una oncóloga fantástica, pero ya no trabaja aquí. En Ibiza tenía demasiado trabajo y no podía más», relata Ulla. «Además, tengo que operarme de las cataratas. Vi al oftalmólogo en mayo del año pasado y todavía no sé cuándo van operarme», añade Ulla, a quien en el mes de noviembre ya le realizaron una biometría y firmó un papel para mostrarse conforme con operarse, pero a día de hoy continúa esperando. «Tengo que decir que este hospital te cuida cuando te están tratando, pero las listas de espera son demasiado largas», concluye esta paciente.

A Esther Boo, paciente oncológica en periodo de revisión, le realizaron una ecografía y una mamografía en diciembre y aún espera los resultados. Durante el tratamiento, ella tuvo una misma oncóloga todo el tiempo, pero se marchó y ahora está a la espera de que se le asigne otro especialista del área con el que continuar con el periodo de revisión. A ella le diagnosticaron la enfermedad en junio de 2020. Aunque ya está recuperada, se muestra preocupada: «Ya me operaron y se supone que está todo bien. Ahora ya estoy en revisión, pero sigo un tratamiento que requiere un seguimiento, porque tomo unas pastillas que me producen dolores musculares».

«Es lógico que se de prioridad a quienes tienen cáncer ahora y que a nosotras nos hagan esperar un poco, pero no tanto», valora. Aprovechando su asistencia a la concentración ante las instalaciones del Hospital Can Misses, esta joven ha preguntado de nuevo por los resultados de sus pruebas de diciembre: «Me han dicho que no se sabe cuándo me llamarán».

Cinco oncólogos en dos años

Durante la concentración, Esther Boo sostiene una gran pancarta junto con Pilar Portillo y Marta, entre otras pacientes. Marta tiene metástasis en el esternón y cuenta que ha sido atendida por cinco oncólogos en dos años: «He tenido cinco oncólogos diferentes. Ahora estoy con uno de Palma. Cada vez que hay un cambio tengo que contarles mi historia para que sepan cuál es exactamente mi problemática de salud. Si el miércoles viene aquí el oncólogo de Palma, tengo que contarle qué es lo que me pasa, desde hace cuántos años, el tratamiento que he seguido o los síntomas, entre otras cosas». En este sentido, lamenta: «Psicológicamente te ves afectado porque tienes que repetir tu historia y acordarte de los procesos que has pasado. Es muy duro».

Marta se tiene que someter periódicamente a quimioterapia y, debido al tipo de cáncer que padece, es tratada como paciente preferente, lo que evita retrasos, aunque asegura que la situación no es la misma en otras pacientes: «Aunque a mí me ha ido bien en este sentido, hay compañeras que esperan tres, cuatro o cinco meses para que les hagan pruebas».

Sobre la falta de médicos en Ibiza, Marta comenta que los salarios que reciben no son suficientes para afrontar el coste de vida en la isla, principalmente la vivienda. En la misma línea se pronuncia Pilar Portillo, paciente oncológica (también preferente) que está siendo tratada en Can Misses desde hace más de dos años: «No es que no haya vivienda, es que la que hay es carísima. Aquí o comes o pagas el alquiler».

Por otro lado, no fueron pocos los sanitarios que ayer se unieron a la multitud. Uno de ellos, Ángel Manuel Crespo, que es médico de emergencias, vino a Ibiza hace ya 24 años. Critica que la situación ha empeorado mucho desde entonces: «Vine desde Castilla y León cuando la isla sí que era un destino atractivo. Ahora mismo no lo es. La situación afecta a la calidad asistencial que se le está dando a los pacientes, y prueba de ello es esta manifestación».

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Redacción

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