Parlament balear

Unanimidad política en «las pioneras medidas» para tratar de frenar la entrada de serpientes en Ibiza

La izquierda critica que el PP y el Estado no han hecho nada

Antònia Maria Cirer, de SOS Sargantanes, y Amèlia Torres, del IEE, con Mir y políticos del PSOE. | D. I.

Antònia Maria Cirer, de SOS Sargantanes, y Amèlia Torres, del IEE, con Mir y políticos del PSOE. | D. I. / eugenio rodríguez. eivissa

Eugenio Rodríguez Martos

Eugenio Rodríguez Martos

El Parlament balear aprobó ayer por unanimidad la validación del decreto ley que regula las medidas «pioneras» para regular la importación a las Pitiusas de árboles ornamentales (olivos, algarrobos y encinas con un tronco de más de 40 centímetros de diámetro) para evitar «la entrada accidental» de serpientes y frenar, así, la pérdida de biodiversidad que provocan, especialmente sobre las lagartijas pitiusas (Podarcis pytuensis) y balear (Podarcis lilfordi).

Aparte de las medidas de bioseguridad, según explicó el conseller balear de Medio Ambiente, Miquel Mir, el decreto incorpora a la lagartija pitiusa y la balear en el catálogo de especies amenazadas y de especial protección con la consideración de especies vulnerables. «No es un hecho menor porque permite que la Administración tenga más capacidad y diligencia para actuar a la hora de conservar estas especies», dijo.

La limitación de la entrada de los árboles ornamentales se producirá en los meses de puesta de huevos e hibernación de los ofidios. Durante este período, el vendedor o el intermediario deberá obtener una autorización de la conselleria de Medio Ambiente y aportar la documentación que permita garantizar la trazabilidad y que se han adoptado medidas para evitar la entrada de serpientes. Entre el 1 de abril y el 14 de junio y el 15 de septiembre y 15 de octubre podrán entrar árboles ornamentales sin restricciones. Además, entre el 1 de abril y el 30 de octubre, los titulares de viveros o particulares que vendan o distribuyan árboles tendrán que instalar trampas para capturar ofidios.

Pese a que votó a favor, el PP se tomó con cierta sorna las medidas con la advertencia de que cada vez que el pacto de izquierdas «defiende con fuerza, a vida o muerte, algo, la reacción que se produce es la contraria». «No se podrá quejar de que la oposición no sea colaboracionista. A favor de las serpientes o las lagartijas, no le puede votar nadie en contra», dijo el diputado mallorquín, Miquel Vidal.

Sin reacción del PP ni el Estado

Por su parte, la izquierda recordó que el Govern del PP de José Ramón Bauzá «no hizo nada, entre 2013 y 2015», cuando el problema de las serpientes empezó a ser «una amenaza en las Pitiusas».

El diputado de Més per Mallorca Josep Maria Ferrà fue más allá y lamentó la falta de apoyo del Estado a pesar de ser competente. En este sentido, Ferrà recordó que cuando la plaga de la Xylella fastidiosa que afecta a los olivos y almendros llegó a Balears procedente de Italia, el Estado «reaccionó de inmediato, como tiene que ser», prohibiendo la salida de las islas de árboles ornamentales. «Pero no hemos tenido la misma reacción cuando éramos nosotros los perjudicados. No ha habido reacción, ni lenta ni rápida», criticó.

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