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Cáritas reúne a los agentes sociales de Ibiza para estrechar lazos

La entidad recupera el encuentro anual de los profesionales de todas las entidades que forman la red de asistencia social en la isla

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Cáritas reúne a los agentes sociales de Ibiza para estrechar lazos

La irrupción de la pandemia del covid acabó provocando que profesionales de los servicios sociales de distintos ámbitos hayan colaborado estrechamente durante tres años sin que pudieran conocerse personalmente. Dada las características de su ámbito de actuación, en su día a día se derivan casos, mutuamente, entre administraciones y entidades sociales en función del perfil del usuario o de las necesidades asistenciales. «Entre todos creamos una red, por lo que es mucho más fácil comentar los casos que llevamos conjuntamente si nos tomamos un café y nos miramos a los ojos», resume la trabajadora social de Cáritas Maite Barchín.

Precisamente, la entidad eclesiástica empezó a organizar encuentros anuales entre todos los agentes sociales de Ibiza para favorecer estos intercambios de impresiones, conocimientos y estrechar los lazos entre ellos. Tras dos años de pandemia, esta reunión pudo volver a celebrarse ayer y cumplir su séptima edición en la finca de Can Pep Xico, en Sant Rafel, donde Cáritas desarrolla diversas iniciativas de inserción social y laboral.

En la cita, que reunió a 40 profesionales, no faltaron las unidades de trabajo social municipales o las principales entidades benéficas, como la propia Cáritas y Cruz Roja. Pero la red que se genera con esta interacción va más allá y Can Pep Xico también contó con representantes de la Policía Nacional, que juega un papel fundamental en los casos de violencia de género o relacionados con la extranjería, así como de Metges del Món, la ONG especializada en ayudar a las víctimas de prostitución, o de la Asociación Pitiusa Pro-Salud Mental, que también estuvo presente en la jornada, entre otros.

Los vínculos de la ayuda

La distancia personal que causó la pandemia no solo perjudicó la interrelación entre todos estos actores, sino que podía afectar emocionalmente a los profesionales. «Muchas veces, nuestras relaciones con el usuario son de contacto y nos ayuda poner una mano sobre el hombro de la persona que está sufriendo en ese momento. No poder hacer un gesto como ese produce cierta insatisfacción personal. Es uno de los factores de la fatiga pandémica», confesó Barchín.

El encuentro de agentes sociales tuvo como invitado especial al formador José Carlos Bermejo, director del Centro de Humanización de la Salud y Superior Provincial de los Religiosos Camilos en España, experto en humanización de la salud, el duelo y bioética. Bermejo ofreció la charla ‘El precio del vínculo en las relaciones de ayuda’, en el que, además de la fatiga pandémica, dio pautas para prevenir los grandes problemas que sufre el personal del sector, como el burnout («síndrome del trabajador quemado»).

«En algunas profesiones como esta debería haber algún tipo de supervisión que permita a los trabajadores ser evaluados en espacios terapéuticos para que se analicen a sí mismos», destacó. Igualmente, Bermejo valora el papel de los «grupos Balint», en los que los profesionales se ofrecen apoyo profesional entre ellos y con la ayuda de un experto externo.

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