Muy jerarquizados, con códigos de conducta que premiaban la lealtad y que obligaban a llevar a cabo actos violentos para poder entrar. Así era la organización que desarticuló el pasado mes de febrero en Ibiza la Policía Nacional, formada por menores de edad, aunque no se descarta que también formaran parte de ella algunos adultos.
En total han sido detenidos seis menores, y dos de ellos fueron trasladados a un centro de menores de Mallorca a instancias de la Fiscalía de Menores de Ibiza y por su elevado grado de «conflictividad y peligrosidad». Estos dos jóvenes ni siquiera contaban con antecedentes policiales.
A través de un comunicado, la Diercción General de la Policía en Balears informó ayer de que la investigación, llevada a cabo por la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), se inició el pasado mes de febrero. A los detenidos se les imputan delitos de robos con violencia, extorsión y coacciones, entre otros. Las víctimas de este grupo eran otros menores de edad, informan desde la Policía Nacional.
Siempre en grupo
Las investigaciones se iniciaron hace meses, después de que la policía recibiera varias denuncias por agresiones a menores por parte de un grupo organizado. En esencia, además de robar a sus víctimas, los miembros de esta organización, de varias nacionalidades, también les agredían para que «aprendieran a respetarlos». Siempre actuaban en grupo, nunca en solitario, apuntan fuentes de la investigación.
Esta banda de delincuentes tenía su base de operaciones en el bulevar Abel Matutes de Vila, pero nunca actuaban en este entorno urbano debido a la presencia de adultos, principalmente de padres que acompañan a sus hijos. Se desplazaban a otras zonas de la ciudad para desarrollar su actividad delictiva.
Los detenidos tienen edades comprendidas entre los 14 y 17 años. Desde la Policía Nacional detallan que se han llevado a cabo intervenciones con otros miembros de la banda, pero no se les ha podido imputar ningún delito por ser menores de 14 años.
El grupo, explican en el comunicado, contaba con una «notable cohesión, jerarquía y disciplina interna».
Como una banda latina
Al parecer, los miembros de esta banda de delincuentes se hacían llamar «de una forma conocida en la jerga policial» y utilizaban una serie de símbolos, colores y nomenclaturas para adquirir visibilidad, añaden las mismas fuentes oficiales.
Además, tenían que cumplir con una serie de requisitos para entrar en la banda y firmar un «contrato de permanencia».
Las redes sociales, donde también estaban presentes, las utilizaban para coaccionar a sus víctimas.
La investigación permanece abierta, explican desde la Policía Nacional, para localizar a otras posibles víctimas que no hubieran denunciado por miedo.
