Un mazazo. Así califican los representantes de la patronal hotelera y empresarial la decisión del Reino Unido de que salir del país sin una «excusa razonable», como por motivo de trabajo o de educación, será ilegal hasta el 30 de junio. De la euforia de hace unas semanas, cuando su primer ministro, Boris Johnson, anunció que, probablemente, permitiría viajar a sus ciudadanos desde el 17 de mayo, se ha pasado a la depresión al conocer que ese país no abrirá sus fronteras, con toda probabilidad, hasta julio. Incluso el doctor Mike Tildesley, consejero científico de esa Administración (el Pablo Simón de Gran Bretaña), avisó el domingo de que las vacaciones en julio y agosto en el extranjero son «extremadamente improbables» porque las nuevas cepas de covid ponen en peligro la vacunación.
Tal ciclotimia y tanto cambio de rumbo han pesado en los turistas. Las reservas «están menos animadas» de lo que gustaría a los hoteleros, tal como señala su presidenta en las Pitiusas, Ana Gordillo: «Lo que ya se prevé es que habrá mucha reserva de última hora. En cuanto hay una noticia positiva, hay una reacción de los clientes y las reservas se animan, pero al cabo de unos días se vuelven a estancar. La gente tiene ganas de salir y Ibiza es uno de los destinos más buscados, pero ahora mismo el turista está a la espera de saber qué restricciones habrá y cuál es la situación sanitaria tanto de su país como del destino». Porque si reservas ahora mismo unas vacaciones «puede que te las comas con patatas. Vas a lo seguro, eres más precavido, esperas al último momento».
Un verano sin británicos
El vicepresidente de la CAEB, José Antonio Roselló, considera que la amenaza del Reino Unido, nuestro principal mercado emisor, de no permitir los viajes hasta julio «se diluirá o levantará», pues «cada día sus gobernantes dicen cosas distintas».
No prevé «que haya un verano sin británicos», pero insiste en que hay que ser realistas: «Tendremos una temporada corta. En las reuniones en las que he participado, el espíritu común es pensar que, con mucha suerte, hasta mediados de junio no empezará la temporada. Yo creo que, con mucha suerte, se trasladará a principios de julio, como el año pasado». Otra temporada en blanco, alerta, «sería un desastre, sobre todo por la deuda [empresarial], que pesa mucho y que ya debe estar asustando a la banca».
"Si reservas ahora mismo unas vacaciones puede que te las comas con patatas"
A Roselló le preocupa algo que la presidenta balear dijo el lunes 15 de marzo (el día de la polémica comida en Can Botino) en el encuentro con los agentes sociales: «Armengol advirtió que ya se habían dado ayudas por 7.500 millones de euros (contando ERTE), más los 900 que llegarán ahora del Estado, y vino a sugerir que esto se podría acabar».
Las nuevas restricciones del Reino Unido son, para Verónica Juan, presidenta de la asociación de hostelería de la Pimeef, «un mazazo semejante al del anuncio, el pasado año y en plena temporada, de la cuarentena a quienes regresasen de España». Ante algo así sólo cabe «vacunar, vacunar y vacunar», dice. «Ibiza -subraya Juan- no se juega lo mismo que Asturias: nosotros nos jugamos la temporada. Ojo, que podríamos pasar dos años en blanco. Hay que empezar a priorizar. Pasan los días y cada jornada es crucial. Y parece que no va con quienes gobiernan en Madrid. La gestión de la vacunación ha sido nefasta».
La duda de cuándo abrir
En general, la incertidumbre es tal que muchos hoteleros no saben cuándo abrir. Entre los consultados por este diario, unos tenían previsto hacerlo el 7 de mayo, pero ahora dudan. Otros, el 15 de junio, pero tras el anuncio del Reino Unido piensan que, quizás, también sea demasiado pronto.
Como Verónica Juan, Roselló opina que la clave está en la vacunación y en doblegar la curva de la pandemia: «Puede ser positivo para Ibiza, como elemento de atracción de turistas, que la incidencia acumulada siga tan baja. En paralelo hay que pedir al Gobierno español y balear que implementen una logística de controles de pasajeros, pues ahora han podido salir del paso porque apenas hay tráfico... y aun así hay algún cuello de botella».