Dos de cada tres isleños está a favor de que se pongan límites a la llegada de turistas, ante la percepción mayoritaria de que durante este verano se ha sufrido saturación en las playas, carreteras y aparcamientos, según se desprende de una encuesta realizada por la Fundación Gadeso.

La demanda de que se limite la entrada de visitantes a Balears procede del 67% de los encuestados, entre los que el argumento más esgrimido es que resulta insostenible la concentración de tantas personas, mientras que otros consideran que está demostrado que la llegada de más turistas no supone más riqueza o bienestar para la población.

Por contra, un 33% de los encuestados rechaza la implantación de limitaciones y aboga por una mejora de las infraestructuras, mientras que el 10% considera que las altas cifras de este año son coyunturales y que la situación se autorregulará.

El 70% confirma su percepción de que el número de visitantes no deja de crecer, frente a un 17% que cree que el volumen es similar al del pasado año. Entre los primeros, este aumento se explica principalmente por los problemas de los destinos competidores y, en menor medida, por la salida de la crisis en los países emisores, a lo que se suma una visión empresarial a corto plazo.

Cuando se pregunta por los lugares donde se produce saturación, un 75% de encuestados señalan las playas y un 72% las carreteras y aparcamientos. En este mismo apartado, un 49% apunta el uso excesivo de recursos naturales escasos como el agua; un 35% señala que en servicios públicos como el transporte o la sanidad; un 27% los sitúa en bares y restaurantes, y un 15% en los comercios.

Frente a la decisión del Govern de duplicar la ecotasa de 2018, el 69% respalda la medida, especialmente por considerar que servirá para mitigar los efectos perniciosos de la actividad turística, mientras que un 28% esgrime que puede servir como medida disuasoria frente a «turistas no deseables». El 19% de los que apoyan el citado incremento consideran que solo debería aplicarse durante la temporada alta.

Los que se oponen a la subida del impuesto (31% de los encuestados) alegan que será perjudicial para el sector turístico al «espantar» a la clientela, mientras que otros definen esta tasa como discriminatoria por considerar que no la abonan todos los visitantes.

A la hora de fijar el destino final del impuesto turístico, un 60% se decanta por el medio ambiente y el territorio, un 22% por la mejora del producto, un 9% por la promoción del turismo sostenible y un 6% por aumentar los fondos autonómicos.

Desestacionalización

Los isleños fijan, como actuación prioritaria en materia turística, el impulso de la desestacionalización en un 40% de las opiniones, mientras que un 29% señala la regulación del alquiler turístico, un 19% la diversificación de la economía y un 12% la mejora de la calidad del producto.

Entre los sectores por los que apostar a la hora de desarrollar la diversificación, un 53% apunta a las nuevas tecnologías, un 35% a la energía y recursos, un 30% a la creación de nuevos productos turísticos, un 28% a la investigación en áreas como la salud o las ciencias del mar, un 21% a la creación artística y cultural, y un 18% al sector agroalimentario.

Precisamente, este sábado se manifestaron 3.000 personas en Palma contra la masificación turística bajo el lema 'Fins aquí hem arribat', en una protesta secundada por 51 entidades.