Una década después, el Juzgado de lo Penal número 1 de Ibiza acogerá, desde el próximo 2 de octubre hasta el día 6, el juicio oral por el hundimiento del buque 'Don Pedro' junto a la bocana del puerto de Vila. Los hechos ocurrieron en la madrugada del 11 de julio de 2007, cuando el carguero de la empresa Iscomar chocó contra el islote de es Dau Gros, frente a las costas ibicencas, minutos después de zarpar del puerto de Ibiza con destino a Valencia.

El buque, de 141,55 metros de eslora, acabó hundido a 42 metros de profundidad y a un kilómetro y medio del dique de Botafoc, tras tomar un rumbo equivocado.

En el escrito en que la Fiscalía pedía el archivo provisional de la causa se atribuye el accidente a un «posible error humano» a la hora de tomar el rumbo una vez que el buque zarpó del puerto. Este «fallo humano» es responsabilidad, según el Ministerio Público, del capitán y del segundo oficial. Los 18 tripulantes y dos pasajeros, que se encontraban a bordo del carguero de Iscomar en el momento del fatídico accidente, pudieron ser rescatados sanos y salvos.

Ahora, diez años después, el capitán y el segundo oficial del buque se sentarán en el banquillo de los acusados para responder por un presunto delito contra el medio ambiente.

Ambos se enfrentan a 11 acusaciones particulares entre las que se encuentran la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento de Santa Eulària, el Govern balear y diversas empresas que se vieron afectadas por el vertido de hidrocarburos. La Fiscalía no ha presentado ninguna acusación y pidió el sobreseimiento de la causa.

En el momento de su naufragio, el 'Don Pedro' portaba en su bodega un camión, plataformas vacías y varios contenedores. Además, el buque almacenaba en sus tanques unas 150 toneladas de fuel y gasóleo.

Tras el hundimiento, parte de ese combustible llegó a diversas playas de Vila, Santa Eulària y Sant Josep, obligando a las autoridades a prohibir el baño durante varias jornadas, concretamente, hasta el 22 de julio.

Para justificar el sobreseimiento, el fiscal dice en su escrito que a pesar de que no puede negarse que se creara una «situación de riesgo» para el medio ambiente debido al vertido, «no se puede determinar si dicho riesgo pudo suponer en verdad un grave riesgo», debido, según indica, a que se desconoce cuánto combustible se vertió en el mar y qué cantidad llegó a las playas.