El Ayuntamiento de Sant Josep le bastaron seis horas y media el pasado 12 de abril para ganar 4,6 millones de euros. Con la subasta a mano alzada de las concesiones de playas se doblaron los ingresos de este año, pero este sistema levantó ampollas entre los concesionarios del muncipio, que consideran que la costa de Sant Josep «acabará en manos de mafiosos». Además, la condena a ocho años de prisión de Mahy Marrero, un empresario canario que reventó la subasta con sus altas pujas y que se hizo con varios lotes, ha reavivado la polémica.

Pese a la especulación que generó este sistema, el gobierno municipal defendió la subasta a mano alzada: «La transparencia permite comprobar que nadie te ha engañado, cada licitador veía lo que pasaba a su alrededor y con los lotes a los que optaba», explicó la teniente de alcalde, Paquita Ribas, tras la multitudinaria puja. Hasta este año, los lotes se adjudicaban en subasta con sobre cerrado.

En contraposición, la Asociación de Concesionarios de la Zona Marítimo Terrestre se quejó de que se dio alas «a la especulación», con precios que han dejado en la estacada «a las familias que vivían de las concesiones». El lote más caro fue uno de 180 tumbonas y 90 sombrillas situadas frente al hotel Ushuaïa, en Platja d’en Bossa, que se llevó Fiesta Hotels por 355.100 euros.