La novela ´Las lágrimas de San Lorenzo' de Julio Llamazares (Vegamián, León, 1955) ha sido una de las de más éxito este Sant Jordi en Ibiza. Muchos lectores ya saben que está ambientada en la isla y les pica la curiosidad por saber cómo la describe este escritor, cuya amplia y aplaudida bibliografía cabalga entre la poesía, la literatura de viaje, la novela y el relato corto. Llamazares revela a Diario de Ibiza su largo romance con la isla, que comparte con otro leonés ilustre, Antonio Colinas, con quien ha disfrutado en Ibiza de más de una agradable sobremesa hablando de lo divino y lo humano. En cuanto acabe la promoción de su libro vendrá a la isla para celebrar la salida de la novela y visitar de nuevo los lugares que describe en sus páginas.

„Ibiza es el lugar al que el protagonista de la novela regresa para cumplir un deseo y reinventar su historia. ¿Por qué ha elegido la isla para enmarcar esta novela?

„Y ¿por qué no? No sé si hay muchas novelas situadas en Ibiza, pero debería haber muchas más. Fuera de Ibiza tenemos la idea de que es un lugar donde solo hay discotecas y playas. Pero, como tú sabrás bien porque vives ahí, es mucho más que eso. La razón por la que he escogidoIbiza es porque es una isla que siempre me ha fascinado, que he frecuentado desde hace muchos años y que sigo frecuentando, últimamente menos. Durante años por lo menos he ido a Ibiza a pasar una semana sobre todo al norte y a la zona interior. Tengo amigos en la isla desde hace muchísimo tiempo. Le debía una novela a Ibiza.

„¿Cuándo conoció las Pitiusas?

„Mi relación con la isla comenzó hace muchos años. Fue cuando tenía unos 25, a través de un amigo leonés que era maestro de escuela y se fue a vivir a Ibiza. Un amigo que desgraciadamente murió joven. Pero a través de él hice amistad con otros amigos, con su novia, que sigue viviendo en Sant Antoni y que me invita a su casa. Algunos de los amigos ya no viven allí, como Antonio Colinas.

„Otro leonés ilustre enamorado de Ibiza...

„A Antonio lo conocía de antes pero siempre le visitaba cuando iba a Ibiza. Quedaba a comer con él algún día... Sigo teniendo amigos allí y sigo teniendo un maravilloso recuerdo de la isla. La añoro como si fuese parte de mi propia vida, que lo es, por eso le dedico esta novela.

„La novela, escrita en primera persona, contiene numerosas reflexiones sobre la vida que invitan al lector a reflexionar sobre la suya propia. ¿Cómo de cerca está Julio Llamazares del narrador de esta novela?

„Con la novela no hay que engañarse. El hecho de que estén escritas en primera persona no quiere decir que sean más autobiográficas que las que están escritas en segunda o tercera persona. Esta novela no es particularmente o más autobiográfica que otras. De hecho todas mis novelas están escritas en primera persona, incluida ´Luna de lobos´, que está ambientada en un tiempo en el que yo no había nacido. Todas las novelas son autobiográficas en mayor o menor medida porque reflejan el alma del autor, no porque cuenten su vida. En ´Lágrimas de San Lorenzo´ hay datos autobiográficos, como mi querencia por Ibiza, pero nunca he sido profesor ni he deambulado por el mundo dando clases... ni he vivido en Ibiza ocho o diez años como mi protagonista.

„Ibiza, no se sabe si por mito o por tópico, arrastra o presume de ser el lugar del paraíso recobrado, de la utopía, el lugar donde todo es posible. ¿Comparte que se ha creado un tópico sobre la isla o cree que es un lugar con algo especial?

„Ibiza, como otras islas del Mediterráneo, tiene algo de ensoñación que se corresponde con esa imagen idealizada que no es del todo verdad. La imagen idealizada de Ibiza no tiene nada que ver con la realidad. A veces, a la gente que habla de Ibiza como si fuera una fiesta perpetua les digo que vayan en febrero. Ibiza es entonces igual que Astorga. La gente que vivís ahí lleváis una vida real, no idealizada. Lo que sí tiene Ibiza, además de una enorme belleza y un clima maravilloso, es un tempo especial que he intentado reflejar en la novela. Ese tempo hace que el tiempo real discurra aparentemente más despacio y sin tanto vértigo. Esto se corresponde con una época de la vida del protagonista, la juventud, en la que uno vive más despreocupado de todo, en especial por el paso del tiempo. Por eso vuelve a aquel lugar, a aquella isla donde el tiempo no pasaba. Ese ideal de todos los hombres de parar el tiempo uno lo vive un poco en Ibiza cuando va como turista. Cuando vive allí el tiempo pasa como en todos los sitios.

„Precisamente uno de los temas claves del libro es el paso del tiempo, la nostalgia por el tiempo pasado. El oficio de escritor, el hecho de escribir ¿tiene algo que ver con que la palabra es una forma de inmortalidad?

„Sí, es intentar con palabras parar el tiempo o recuperar el tiempo perdido. La literatura es un intento, una lucha contra el tiempo, una lucha perdida de antemano. Es una forma de moldear la vida a nuestro gusto y pararla en el momento que queremos como ocurre con la fotografía, el cine o la pintura. El arte y la literatura son formas de lucha contra el tiempo. La lucha por parar el tiempo entra en contradicción con el hecho de que pone en conciencia la velocidad del paso del tiempo.

„Una de las lecturas de su novela es que no hay que disimular que todo va a existir para siempre. Pero vivimos disimulando.

„Como si no supiéramos que esto tiene un final y, seguramente, es la forma de sobrevivir. Si viviésemos pensando en que esto tiene un final seguramente sería mucho más difícil vivir. Hay momentos en la vida en los que, por circunstancias personales, de repente la conciencia se va alejando de ti y te lleva los pensamientos por donde tú no controlas, como ocurre en una noche de verano en una playa mirando las estrellas o cuando te paras en un puente a observar la corriente de un río. Eso es lo que le ocurre al protagonista de la novela y eso es lo que intento que le ocurra al lector que lee esta novela, que sus pensamientos empiecen a fluir ajenos a su voluntad.

„Hablar de tiempo perdido nos remite a Proust. ¿Lo cuenta entre sus referentes en esta novela?

„No lo he pensado porque en esta novela no hay tanto la búsqueda de un tiempo perdido sino un estupor ante el paso del tiempo y la fugacidad de la vida. La idea de esta novela es que los hombres somos estrellas fugaces, que brillamos un momento en la inmensidad del tiempo y desaparecemos como las estrellas, dejando un mínimo resplandor, que es el recuerdo que queda en otras personas mientras esas personas viven. Eso es la vida y esa es la idea de esta novela que se desarrolla a través de la mirada de este profesor, de lo que habla con su hijo mientras miran las estrellas. De cómo la vida se ve de manera diferente en los ojos de un cincuentón y en la de un niño... y como, en el fondo, todo se repite. Al final se repiten aquellos versos de Homero en la Ilíada: ´Cual la generación de las hojas, así la de los hombres´. Cada primavera se repiten las hojas y se repite el ciclo de la vida. De la misma manera que este personaje recuerda cuando su padre le llevó a la era de su pueblo, hace ya 50 años, a ver estrellas fugaces, él llevará ahora a su hijo y su hijo llevará al suyo y así mientras haya gente sobre la tierra.

„¿Su novela destila algo de pesimismo o es una toma de conciencia sin concesiones sobre lo que es la vida finalmente?

„Si el pesimismo es ser consciente de la vida y de la realidad, entonces soy pesimista, pero te puedo jurar que en la vida cotidiana no soy nada pesimista, precisamente porque parto de la conciencia de lo que es esto para vivir con toda la intensidad y con el mayor humor posible. Una vez que aceptas que esto dura lo que dura y que es muy fugaz, te dices a ti mismo: hay que aprovechar el tiempo.

„Asegura que todo lo que hay en torno a la literatura, el mercado, el glamour, no sé si también las entrevistas como esta, le da un poco de pereza. Estos días en torno a la fecha de Sant Jordi, que es cuando más se exige a los escritores, ¿cómo lo lleva?

„Lo llevo con dignidad. Esto forma parte del mundo del libro. El libro, además de ser un objeto cultura, es un objeto que está en el mercado y que cotiza en él como cualquier otro. Cuando aparece hay que darle un empujón hasta que echa a andar y después ya que ande por sí mismo. Cuando publico un libro estoy dos o tres meses empujando a ese recién nacido, ayudándole a andar y después desaparezco durante el tiempo que escribo el siguiente, que suele ser una época larga.

„Vaya, que lo lleva bien porque es consciente de que va a acabar pronto...

„En concreto el tiempo mío de promoción va a durar hasta que vaya a Ibiza. Este año pienso volver para celebrar la salida de la novela y para hacerme un homenaje a mí mismo porque hace tres o cuatro años que no voy. Ese año quiero ir a finales de la primavera o el principio del verano. Quiero ir a Ibiza a visitar algunos de los lugares que tanto he añorado mientras los describía mientras escribía ´Las lágrimas de San Lorenzo´.

„¿Hará presentación de la novela en Ibiza?

„Hay una posibilidad pero todavía está en el aire.

„Pues sería un éxito porque el libro está interesando mucho al público ibicenco.

„Además estaría encantado de presentarla en Ibiza porque esta novela le debe mucho a Ibiza. No tendría ningún problema, al revés.

„Usted nació en Vegamián, un pueblo que está sepultado bajo un pantano.

„Sí, ese pueblo está sepultado, junto a otros siete u ocho, debajo del pantano del Porma. Además es un pantano que hizo otro escritor, Juan Benet, que era ingeniero de caminos. Fue el primer gran pantano que construyó como ingeniero. Además, mientras construía la presa en los años 60 escribió su primera novela, que es un clásico de la literatura española de la segunda mitad del siglo XX que es ´Volverás a Región´. Creó un mundo literario que es Región que lo conforman más o menos aquellos paisajes y aquellos escenarios que quedaron sepultados por entonces bajo el pantano.

„Usted ha asegurado que el paisaje materno es, al fin y al cabo, con el que uno se acaba sintiendo más identificado y cercano, a pesar de las vueltas que uno dé por el mundo. ¿Le resulta extraño que su pueblo no exista? ¿Se siente huérfano de algún modo?

„Me lo han preguntado muchas veces y nunca sé qué responder. Estos acontecimientos tan radicales te marcan, como lo puede ser haber nacido en una isla en lugar de un continente. Cada acontecimiento de la vida te marca y el primer acontecimiento de mi vida es que nací en un lugar que no existe ya. Me fui muy pequeño, con dos años, nací allí por casualidad porque mi padre era maestro del pueblo. No padecí el sentimiento traumático de las familias que llevaban allí siglos y que fueron expulsadas como los judíos. Me fui muy pequeño. Volví alguna vez antes de que lo sepultaran, cuando ya estaban construyendo la presa. La gente se iba yendo. Prácticamente lo vi con conciencia por primera vez cuando, después de 13 ó 15 años bajo el agua, vaciaron el embalse para hacer algunos arreglos de la presa y emergieron las ruinas de las casas desde el fondo del valle. Pude caminar por el pueblo, pude ir a la casa donde nací, que estaba llena de lodo y truchas muertas.

„Una imagen literaria muy potente...

„Un paisaje tan difícil de describir que lo intenté con un libro de poesía pero finalmente escribí tres poemas y lo dejé. Me di cuenta de que como escritor soy muy limitado. Cuando realmente algo es tan imponente y conmovedor la palabra no alcanza o, al menos, yo me considero incapaz a veces de llegar a través del lenguaje a contar lo que siento.