Los doce trabajadores de la empresa Formentera Mar, titular hasta ahora de la concesión de la dársena de Levante del puerto de la Savina, realizaron ayer una serie de protestas que se tradujeron por la mañana en la colocación de dos pancartas en la puerta de la instalación del varadero y en el acceso de la zona de servicios portuaria. En las mismas se podía leer; «¿Armengol, GxF, donde estáis?, nosotros sí defendemos nuestros puestos de trabajo», y en la segunda: «Autoridad Portuaria nos deja en la calle, GxF mira a otro lado».

Sobre las 10.30 horas la Policía Portuaria procedió a retirar ambas pancartas, ante las quejas de los trabajadores, que aseguraban que una de las dos estaba en una propiedad privada, por lo que no podían intervenir. Tras este episodio volvieron a colocar nuevas pancartas en lo alto del travel lift, que a su vez movieron a la zona privada para que la Policía Portuaria no pudiera volver a retirar sus mensajes de protesta.

Uno de los trabajadores, Fran Ayala, expresó la preocupación de sus compañeros: «La situación es que el martes que viene estamos en la calle porque hay un cambio de concesión, entra una nueva empresa, y la Autoridad Portuaria, desvirtuando toda la legislación laboral, hace caso omiso a la subrogación de los contratos de los trabajadores». Añadió que la APB «ni siquiera pide a la nueva empresa que nos contrate, a pesar de que es un contrato de prestación de servicios en el que entendemos se deben subrogar, ese derecho se recoge en el Estatuto de los Trabajadores y en el convenio de instalaciones deportivas», defendió.

Mantener su trabajo

Mientras tanto han llevado su caso a los tribunales, aunque las esperanzas de mantener sus puestos de trabajo con la nueva empresa, Desarrollos Concesionales Insulares son escasas: «No se han puesto en contacto con nosotros», aseguró Ayala.

Entre estos trabajadores los hay con antigüedades que oscilan entre los 10 y los 30 años y muchos de ellos han desarrollado toda su vida laboral en este empleo.

Garantizar sus derechos laborales en el tiempo es otro de los problemas a los que se enfrentan: «Si nos contratan, que no lo sabemos, no nos reconocerán la antigüedad». El portavoz de estos trabajadores señaló que finalmente están luchando por «mantener los derechos adquiridos en el tiempo».