Memoria de la isla | Draps i robes dels vells telers

«El teler és un aparell o màquina emprada per teixir, format per un conjunt de fustes o bastidors que permeten fer el teixit, que és format per ordit i trama. A les Pitiusas els pocs telers que hi havia solien ser manuals. El teixedor s’asseia en un banc i feia funcionar el teler amb les mans i els peus». (EEiF).

Una  mujer teje en el mercado artesanal de Santa Eulària.

Una mujer teje en el mercado artesanal de Santa Eulària. / Toni Escobar

Miguel Ángel González

Miguel Ángel González

Cuando nuestros mayores se van, perdemos muchísimos conocimientos que, arrinconados en el desván de su memoria, nunca nos explicaron. Y no porque no quisieran. Les preguntamos poco y cuando quisimos hacerlo no estuvimos a tiempo. De aquel hacer de autosuficiencia que exigía el aislamiento —el de la isla y el de las casas dentro de la isla— sabemos muchísimas cosas, pero de algunas otras tenemos muy escasa noticia. Es el caso del trabajo de los tejedores. En los años 50 todavía quedaba en Ibiza algún telar. Corresponde al obrador de ‘na Povasa’, que estaba en la calle Hospital de Dalt Vila. La anciana que trajina en él es na Francisca, posiblemente la última de su oficio. Cabe decir que, mucho antes, nuestros pequeños telares tenían la muerte anunciada. A principios del siglo pasado todavía tenían una significativa actividad por la introducción del algodón que la isla exportaba como materia prima y lo importaba hilado para trabajarlo en los telares.

Después, según pasaron los años, el empuje de la industria textil catalana, la línea marítima regular con Barcelona que proporcionaba tejidos de calidad, el abandono de la indumentaria tradicional y la llegada del turismo que provoca el abandono de los antiguos cultivos, son circunstancias que dieron al traste con los antiguos telares que ya no tenían función ni sentido.

Sería interesante saber cuántos telares pudo haber en Ibiza y Formentera. No todas las casas los tenían y, en todo caso, se trataba de talleres domésticos que, además de cubrir las necesidades de la propia casa, trabajaban por encargo. Nada que ver con las tejedurías de Mallorca que en la Edad Media ya se agrupaban en el Gremi de teixedors de llana, lli, seda, velluters i frassaders, amén de un estricto ordenamiento. Baste decir que en el 1576 en Palma había 104 talleres y que que en 1786 ya eran 588. Es incluso posible que el oficio de nuestros tejedores tuviera origen en la isla vecina.

En cualquier caso, la modesta condición que los telares tuvieron en Ibiza no les resta importancia porque durante un tiempo tuvieron un importante papel. Nuestro telar era manual y, sencillamente, entrelazaba el hilo para crear el tejido. Lo que hacía, concretamente, era cruzar los hilos longitudinales, (urdimbre), con los verticales, (trama), de modo que al pasar la urdimbre por encima y por debajo de la trama creaba el tejido.

Aunque pueda resultar un poco farragoso, dado que es un mundo que se pierde, recojo en 'Apuntes de teoría de Tejidos', trabajo de J. Oller i Esteva, las principales piezas que tenían nuestros modestos telares: «Bancada, peces de fusta que formen s’armadura d’es teler. Plegador de s’ordit, corró de fusta o metall, d’es qual parteix s’ordit. Ordit, conjunt de fils que se col·loquen en el teler paral·lelament uns a n’ests altres per formar sa tela. Freno, pes que comunica una tensió convenient a s’ordit, mitjançant una corda o cadena enrodillada a n’es plegador i que se pot graduar. Portafils,travesser que contribueix a unir ses bancades i damunt es qual llenega s’ordit quan surt d’es plegador. Creus, barretes de canya o fusta,entre ses quals es fils formen una creu a fi de que cada un ocupi sa posición que li tocarà en es teixit; aquest creuament se diu encanyissada i ajuda a trobar es cap d’es fil quan se romp. Lliços, sèrie de malles sostingudes per una vasa o parei de llistons que en temps eren de corda; per cada malla hi passa un fil, encara que als extrems n’hi passen dos, tres o més. Pinta, planxetes de metall, fixes a cuatre llistons; p’es buit produït entre dues planxetes seguides, hi passa un fil o més; temps antic era de canya. Llançadora, ormeix que condueix sa trama, deixant una pasada de fil a cada calada i que se manega amb sa ma dreta. Batan, ormeix que sa ma esquerra d’es teixedor dóna un moviment de vaivé, destinat a aguantar sa pinta. Calques, palanques de fusta que estan davall es teler i mouen es lliços. Ampitador, travesser que ajuda a juntar ses bancades i sobre el qual llenega es teixit. Plegador de sa tela, corró on s’enrevoltilla sa tela feta. Espases, palanques de fusta que serveixen perquè es lliços conservin sa posició de nivell».

Fibras vegetales

Además de la lana, para la elaboración de tejidos, los telares trabajaban fibras vegetales, lino, cáñamo, algodón, esparto, carrizo, estopa, etc. Con las fibras más finas confeccionaban tejidos para la indumentaria diaria y con las más ásperas y toscas se hacían esteras y utensilios para la casa y los trabajos del campo. No tengo noticia de que se trabajara la seda. Entre los paños y telas de lana que salían de nuestros telares estaban la ropa de burell, grossera i comuna, de color oscuro, para capotes, hábitos y cotas. Eran variantes el burell camallí, ros, negre i català. Y eran también comunes el cordellat de llana, la roba d’escot y d’estamenya. El lino, sin los extensos cultivos que tenía Mallorca, se trabajaba menos.

Nuestros payeses, en todo caso, reservaban un trozo de tierra para el cañamar. Y también el lino tenía su especificidad y así tenemos lli de la terra, lli pla, lli mostrejat, lli de cerres, lli de rosant, lli de brinet, etc. Con el lino, me dicen, «ses cosidores hi feien calçons, camises, camisetes, faixes, cos de dormir, davantals, cortines, llençols, coixineres, tovalloles, etc». En cuanto a la estopa, parte basta y gruesa del lino o del cáñamo que quedaba en el rastrillo cuando se peinaba y rastrillaba, eran pocos los tejedores que la trabajaban. Daba tejidos toscos y de muy baja calidad que se utilizaban para fabricar sacos y talegas, aunque también existía una modesta indumentaria de teixit d’estopa, bates, certs abrigais, camises, etc.

Poso de conocimiento ancestral

Los telares tuvieron un vocabulario específico que, si hoy es sólo memoria, es también un poso de conocimiento ancestral admirable, no en vano conseguía el prodigio de trasformar una planta en sábanas, colchas, toallas, camisas, calcetines, sacos y trapos. Hoy, afortunadamente, tenemos voluntariosas y meritorias iniciativas que tratan de recuperar aquel hacer de los tejedores. La Colla Brisa de Portmany, tras dos años de búsqueda, ha conseguido recuperar cuatro telares que permiten recuperar aquel hacer del tejedor que es tradición y patrimonio.

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