LOS ROSTROS DEL AÑO (VIII)

Enríquez Negreira, la carísima factura del Barcelona

Hace un año, nadie recordaba el nombre de quien había sido el vicepresidente de los árbitros, de quien, sin que nadie lo supiera, había cobrado 7,6 millones del club azulgrana

José María Enríquez Negreira.

José María Enríquez Negreira. / Nacho García

Sergio R. Viñas

José María Enríquez Negreira. "Perdona, ¿quién?". Había que ser muy cafetero del fútbol, en concreto del fútbol de hace cuatro décadas, para no responder así hace un año a quien pronunciara ese nombre. Si es que había alguien que lo hiciera, que no era muy probable. Hace unos cuantos meses, pocos recordaban ya a aquel árbitro con incomparables apellidos de árbitro que dirigió 132 partidos en Primera División, menos aún a quien había sido el número dos de Victoriano Sánchez Arminio, el expresidente del Comité Técnico de Árbitros, fallecido el pasado mes de mayo.

"¿Negreira? ¿Quién?". Esa fue la reacción casi unánime en España el pasado 15 de febrero, cuando la Cadena Ser desveló que la fiscalía de Barcelona estaba investigando los pagos del FC Barcelona a una empresa de su propiedad por un presunto asesoramiento. Aquella primera información hablaba de 1,4 millones de euros entre 2016 y 2018. Pronto se supo que aquello era solo la punta del iceberg y que el montante total conocido se elevaba hasta los 7,6 millones de euros entre 2001 y 2018, año en el que salió también del CTA después de alcanzar Rubiales la presidencia del RFEF.

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Arrancaba entonces uno de los mayores escándalos de la historia del fútbol español, un profundo desprestigio para el arbitraje español, un serial a la que le faltan todavía muchos episodios por emitir y en el que los hechos se han entremezclado irremediablemente con las conjeturas y las teorías de la conspiración.

De Gaspart a Bartomeu

Conviene reparar en los hechos. En lo que se sabe a ciencia cierta de aquello ahora, más de 10 meses después. Está más que probado que el Barça, bajo las presidencias de Joan Gaspart, Joan Laporta (la primera de ellas, no la actual), Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu pagaron esos al menos 7,6 millones de euros a quien en esos años ejercía la vicepresidencia del Comité Técnico de Árbitros, el órgano de gobierno de los colegiados, dependiente de la RFEF.

El Barça quería asegurarse que no se tomaban decisiones en su contra, que todo fuera neutral

José María Enríquez Negreira

— Exvicepresidente del CTA

Se sabe también, que su hijo, Javier Enríquez, participaba del negocio, que sobre el papel consistía en la elaboración de informes de los árbitros de diferentes categorías en las que jugaba el primer equipo y filiales del Barça. Y que también estaba de por medio Josep Contreras, ex directivo azulgrana y de la Federación Catalana de Fútbol fallecido el día de Navidad de 2022.

Informes que (ya) no existen

Se sabe, asimismo, que la elaboración de dichos informes no llegaba, en muchos casos, a los cuerpos técnicos para los que debían servir de utilidad y que tenían un precio desorbitado (5.066 euros de media por cada uno de ellos) para lo que otros agentes cobraban por ese servicio en el mercado. También se conoce que los pagos a Negreira y su hijo se fueron incrementando con el paso de los años, sin que hubiera ninguna razón aparente para que así fuera.

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Y, detalle relevante, que el Barça dice haber encontrado únicamente informes elaborados entre 2014 y 2018, cuatro de los 17 años en los que Negreira prestó su presunto asesoramiento al Barcelona.

No es un hecho, claro, pero parece una sólida conjetura afirmar que hay gato encerrado en todo el asunto. Muchos tienen claro que se trata de una trama de compra de árbitros, aunque hasta ahora no se haya hallado (que se sepa) ninguna prueba concluyente de que así fuera ni ha habido ningún colegiado que, aunque sea de manera anónima, haya confesado haber sido parte de esa presunta trama. Aunque, de ser cierta en parte esta teoría, todo apunta a que el modus operandi era más sutil: Negreira sugería ciertas cosas a los árbitros y que ellos actuaban en consecuencia, sin necesidad de ver un euro.

¿Testaferro?

También los hay que consideran que Negreira ejercía de testaferro para blanquear dinero que acababa en los bolsillos de directivos del Barcelona, como sueldo encubierto en b. Esa fue la primera tesis que la Guardia Civil trasladó al juez que instruye el caso.

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Ahora mismo, Negreira y el resto de imputados, entre ellos los expresidentes Rosell y Bartomeu se enfrentan a varios delitos, uno de ellos por presunto cohecho, al entender el juez que el exárbitro tenía un trabajo equivalente al de un funcionario, al tratarse de la RFEF de una empresa privada con funciones públicas delegadas.

¿Y Negreira, qué dice? Desde el comienzo del procedimiento su defensa ha alegado padecer Alzheimer. Solo se conocen sus palabras ante la Fiscalía: "Mi obligación era dar mi opinión sobre los partidos en cuanto al arbitraje y a los jugadores. Asesoramiento técnico. Lo que el Fútbol Club Barcelona quería era asegurarse que no se tomaban decisiones en su contra, que todo fuera neutral".