La UD Ibiza Eivissa y la Peña Deportiva de Santa Eulària se disponen a disputar la fase de ascenso a la Segunda División del fútbol español, pero no son los primeros clubes pitiusos que tratan de ascender y jugar en la categoría de plata del fútbol nacional.

El primer conjunto ibicenco que lo intentó fue la histórica Sociedad Deportiva Ibiza. Fue hace 53 años. Concretamente ocurrió en la temporada 1966-67, después de haberse proclamado brillante subcampeón del grupo octavo (había 14 en todo el territorio español) de la Tercera División balear, por detrás del Mahón, que acabó invicto en la Liga.

El Ibiza acabó con seis puntos menos que el equipo mahonés, pero tres más que el ya entonces poderoso Atlético Baleares, que fue finalmente tercero en la tabla y no tuvo derecho a jugar la fase de ascenso a Segunda.

Ibiza y Baleares se jugaron la segunda plaza y, por tanto, la posibilidad de disputar la fase de ascenso en la última jornada liguera, en la que los ibicencos vencieron 0-2 en el Estadio Balear tras un partido muy reñido, en todos los sentidos. Por cierto, aquel encuentro entró en la quiniela de fútbol nacional. Fue la primera vez que la SD Ibiza figuraba en un boleto quinielístico.

Sólo el campeón y el subcampeón podían jugar la liguilla de promoción a Segunda. El primer clasificado, Mahón, quedó emparejado con el Eibar, al que venció por 3-2 en el choque de ida, pero en el de vuelta los menorquines cayeron derrotados por 3-0 y de esta forma quedaron eliminados a las primeras de cambio.

La SD Ibiza, como subcampeón, tenía un itinerario más complicado para ascender a Segunda División. Primero tenía que eliminar al Moscardó, después al ganador de la eliminatoria Sestao-Lugo y si superaba estas dos rondas tenía que jugar, a partido único, en el campo del Constancia (14º clasificado), que entonces jugaba en la división de plata (también estaba el Mallorca).

En aquellos tiempos, había un grupo de Primera División y dos de Segunda (norte y sur), con 16 clubes en cada uno de ellos. Descendían los dos últimos y los decimoterceros y decimocuartos se eliminaban con los campeones y subcampeones de Tercera División que alcanzaban la última fase.

La SD Ibiza más potente

La Deportiva tenía en aquella época uno de las mejores plantillas de su historia. Era un auténtico equipazo, como lo demostró en la Tercera balear y después en su primera eliminatoria ante el Moscardó (disputada en mayo de 1967), ganando por 4-1 en la ida con goles de Hurtado, Luiche (2) y Roselló. En la vuelta, los ibicencos cayeron derrotados 2-0 y, por tanto, se clasificaron para la segunda fase.

El siguiente rival fue el Lugo, que se había deshecho del Sestao de forma ajustada (2-1 en Lugo y 1-1 en Sestao).

El Ibiza estaba cada vez más cerca de su hazaña de subir a Segunda y codearse con grandes clubes, pero todo quedó en un sueño por culpa del infortunio en los dos partidos de la eliminatoria que jugó frente al equipo gallego.

El 4 de junio de 1967, el campo municipal de la calle Canarias registró una de las mejores entradas de su historia. El campo estaba a rebosar de gente. El Lugo era el peligroso rival. Un buen resultado podía servir para viajar a Galicia con esperanzas de eliminarle y afrontar después un encuentro contra el Constancia que decidiría si el Ibiza le arrebataba la plaza a los de Inca en Segunda.

Los deportivistas presentaron su mejor alineación: Luis, Torres, Terrasa, Garay, Pertusa, Naranjo, Méndez, Luiche, Roselló, Chamorro y Hurtado. Era el equipo de gala del experto técnico Pepe Rey.

En la primera parte, los de Vila dominaron y tuvieron varias ocasiones para abrir el marcador, pero no hubo manera de perforar la portería gallega. La segunda mitad empezó con el mismo ímpetu deportivista, pero, sorprendentemente, en los minutos 60 y 63, el defensor ibicenco Garay se metió dos goles en su propia portería y el partido, y también la eliminatoria, se ponían muy difíciles.

Un gol de Méndez (1-2) en el minuto 35 volvió a dar esperanza a los pitiusos y más viendo las numerosas ocasiones de que dispusieron en los últimos minutos pero el marcador no se movió más.

Diario de Ibiza tituló la crónica de aquel fatídico choque de esta forma: 'El Ibiza marcó tres goles y el Lugo ninguno'.

Todo el mundo lamentó la mala suerte que había tenido el conjunto ibicenco, tanto por los goles que se metió en su propia portería como por las muchas ocasiones de gol que desperdició en diferentes fases del choque. Lo cierto es que el equipo quedó muy tocado moralmente.

Durante la semana se trabajó para recuperar anímicamente a la plantilla y también a varios lesionados. Tocaba recuperarse pero no era nada fácil.

Era totalmente imposible y absurdo pensar de antemano que el partido de vuelta, jugado el día 11 de junio, estuviera también gafado, pero ocurrió. El Lugo, que salió a jugar con mucha fuerza, se adelantó en el marcador en el minuto 21, pero el colmo del maleficio llegó un cuarto de hora después, cuando el defensor ibicenco Fita marcó en su propia portería el 2-0 que finiquitaba la eliminatoria.

Increíble pero cierto

Nadie daba crédito a lo acontecido en aquella fatídica y todavía recordada eliminatoria por los aficionados pitiusos más mayores. En los dos partidos se marcaron cinco goles y la SD Ibiza metió cuatro de ellos. Tres en propia puerta. ¿Alguien recuerda tanta mala suerte en dos partidos de fútbol? Probablemente no.

La Deportiva quedó machacada moral y anímicamente. Hubo comentarios de todo tipo, algunos muy dolorosos, como los que hacían referencia a la posibilidad de que algún jugador se hubiera vendido. No fue cierto. Fue cuestión única y exclusivamente de mala suerte y así lo reconoció la directiva días después, cuando hizo un balance de lo acontecido.

La directiva, encabezada por el reelegido Abel Matutes Juan-tenía entonces 26 años-, consideró que el Ibiza había protagonizado una gran hazaña y él y toda su directiva reconocieron la gran labor que había hecho toda la plantilla, en la que por cierto había varios jugadores ibicencos, y el cuerpo técnico.

Agradecimiento a la afición

Asimismo, se agradeció el apoyo de todos los aficionados deportivistas, a pesar de la decepción de no ascender de categoría.

Posteriormente, el Lugo se enfrentó al Constancia y los de Inca vencieron por 2-0, por lo que el conjunto mallorquín siguió una temporada más en Segunda División, porque al acabar la Liga 67-68 quedó último y volvió a la Tercera División balear.

La Sociedad Deportiva Ibiza, que fue fundada en el año 1956 tras la unión de varios equipos ibicencos, siguió jugando en Tercera Nacional tras el fiasco del ascenso; también jugó en Segunda B en varias épocas, así como en la Tercera Balear y Regional, hasta su desaparición definitiva que tuvo lugar en el año 1997 por los graves problemas económicos que tuvo la entidad.

Las ligas: Contínuas remodelaciones en las diferentes categorías

En el verano de 1968 cambió la competición y se estableció un solo grupo de Primera División (16 equipos); uno de Segunda División (20 equipos) y ocho grupos de Tercera División. Al finalizar la campaña 69-70 hubo otra remodelación. No afectó a la Primera y Segunda División, pero la Tercera cambió y pasó a estar formada por cuatro grupos de 20 equipos, teniendo en cuenta la proximidad geográfica.

La siguiente remodelación del fútbol español y la creación de la Segunda División B fue a partir de la campaña 1977-78.