La SD Formentera volvió a la senda del triunfo después de comenzar el año con dos derrotas consecutivas y un empate. Su victoria de ayer en Sant Rafel por 1-3 le devuelve el crédito deportivo que había perdido en un comienzo de año en el que sumó sólo un punto de los nueve posibles, lo que provocó que se encendieran algunas alarmas.

Su triunfo en el derbi fue incuestionable y se debió, especialmente, a que el conjunto formenterés se puso el mono de trabajo para doblegar a un Sant Rafel que no levanta cabeza, ya que no gana desde hace casi dos meses, concretamente seis jornadas, contando también la de ayer. De estos 18 puntos posibles solamente ha sumado tres. Esta mala racha de resultados ha provocado el despido del técnico Vicente Román, pero lo cierto es que ayer jugó regular y volvió a perder.

Fue un encuentro entretenido y disputado en su fase inicial. Ambos equipos salieron a jugar muy motivados y concienciados de la importancia de los tres puntos que estaban en juego. Por esa razón hubo pocos acercamientos a las porterías. Imperaba el juego horizontal y los balones largos.

Se adivinada que el peligro llegaría a balón parado y a la media hora de juego se confirmó. El Formentera sacó una falta lejana y Gianluca Simeone peinó el balón y sin querer lo envió al fondo de las mallas. Era el minuto 31 y hasta el descanso no hubo jugada ofensiva que destacar.

Los locales salieron a morder en la segunda parte y Simeone y George Lucas pudieron adelantar a su equipo con sendos remates, que marcharon fuera por la línea de fondo. El peligro no llegaba en jugadas trenzadas. Era en saques de falta o de córners y así llegó el empate: Orozo, en el segundo palo, aprovechó un remate fallido de un compañero para subir el empate al marcador. Habían hecho lo más difícil en el minuto 62, que era igualar la contienda, pero cinco minutos después se despistaron en defensa y Garmendia, también en el segundo palo completamente solo, metió el 1-2.

Lo que ocurrió a continuación fue un quiero y no puedo del Sant Rafel; y el Formentera, con la tranquilidad que da tener el marcador a favor, se dedicó a defenderse con orden y salir al contragolpe.

Fue así como llegó el tercer y definitivo gol de los visitantes. Omar se plantó ante el meta Chanza y le bombeó hábilmente el balón por alto. Era el minuto 80. Fue la sentencia.

El 1-3 dejó totalmente noqueado a un Sant Rafel que va a la deriva y sin rumbo. Y la próxima jornada disputa otro derbi en Sant Antoni frente al Portmany. El hambre se juntará con las ganas de comer. Veremos qué equipo consigue salir airoso.