La madre del niño que se fracturó el cráneo en un campo de fútbol en Ibiza organiza protestas: "Mi objetivo es que ningún niño sufra lo que sufrió mi hijo"

La madre de Izan exige protecciones urgentes en los muros perimetrales de los campos de fútbol municipales

El pasado sábado se produjo otro grave accidente

Camiseta de protesta para exigir medidas

Camiseta de protesta para exigir medidas / D.I.

Cristina Martínez, la madre del niño de 13 años, jugador de la UD Ibiza, que a principios de año tuvo que ser trasladado al hospital de Son Espases, en Palma, con una fractura craneal tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza contra un muro perimetral en el campo municipal de Santa Gertrudis, iniciará este fin de semana protestas para reclamar a los ayuntamientos que con carácter de urgencia adopten medidas de protección para los recintos deportivos.

Cristina Martínez llevaba meses luchando para conseguir un compromiso por parte de los consistorios para que instalen sistemas de acolchamiento sobre este tipo de muros perimetrales, que por sus características y distancia respecto al terreno de juego ocasionan accidentes como el sufrido por su hijo o por el jugador cadete del CD Ibiza, de 15 años, que el pasado sábado perdió el conocimiento en Can Misses 2 después de golpearse en la cabeza.

La madre de Izan Moreno explicó ayer a Diario de Ibiza que su objetivo con los actos de protesta es conseguir «hechos reales y no palabras», ya que desde que en julio las instituciones locales se comprometieran a ejecutar estas reformas todavía no se han hecho. «Estoy muy agradecida por que se reunieran conmigo y me prometieran soluciones, pero está acabando el año y continúan con los trámites administrativos, y mientras tanto vuelven a pasar cosas como las de este fin de semana», lamenta Cristina Martínez, que tiene previsto acudir a diferentes partidos de categorías inferiores con pancartas y mensajes de protesta para exigir «soluciones reales urgentes». «Los niños no entienden de licitaciones, presupuestos ni remanentes, entienden de poder practicar el deporte seguros», subraya.

«Estoy preparando pancartas y camisetas. Si hace falta paramos la Liga, un montón de madres me están apoyando. Voy a ir a todos los partidos que pueda durante el fin de semana. El único objetivo es conseguir que ningún niño vuelva a sufrir lo que sufrió mi hijo, que el sábado estaba presente cuando el otro chico se dio el golpe. Fue una situación muy incómoda que volvió a revivir. Apoya a su mamá y dice que no puede volver a pasar», argumenta.

Esta madre afectada afirma que no tiene ninguna «finalidad política ni económica» y que su única pretensión es que ningún niño sufra lo que padeció su hijo Izan desde que en enero fuera hospitalizado por golpearse con un elemento de hormigón jugando al fútbol en un campo municipal.

Compromisos sin ejecutar

Tras la publicación en exclusiva de este diario del fuerte golpe sufrido el pasado sábado por un chico cadete que le provocó un traumatismo craneoencefálico, del que afortunadamente se recupera sin aparentes consecuencias, el Consell de Ibiza y los ayuntamientos se apresuraron a informar de que están licitando los trabajos para proteger sus instalaciones. Sin embargo, familias como la de Cristina Martínez consideran estas reformas «una emergencia» que debería haberse resuelto con carácter de urgencia para acortar los plazos.

«No me vale con que hay que esperar por una licitación o que no había dinero. Quiero hechos. La empresa con la que se está hablando es Protectores Deportivos, tengo el presupuesto y por ejemplo para el campo de fútbol de Can Cantó serían 35.000 euros», explica molesta esta madre, cuya lucha continúa ahora después de meses sin ver resultados «a las promesas verbales» que le hicieron a principios de verano.

«Según la empresa que lo monta, no es necesario el cese de actividad mientras se pone y tardarían unas tres semanas», añade Martínez, que a las «justificaciones» de los políticos de que los campos de fútbol «cumplen la normativa» recuerda cómo se cambiaron todos los parques infantiles cuyos «columpios eran de hierro». «Esto ha evolucionado y ya hay sistemas de seguridad y control para los menores», indica.

«No podemos pretender ser una isla de deporte cuando a los niños los tenemos abandonados. Organizamos eventos deportivos a nivel mundial, y nos llenamos la boca, ¿y luego tus niños?», se pregunta para concluir una madre provista de toda la legitimidad y el apoyo para continuar con su lucha.

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