El nombre de Ibiza es conocido en cualquier lugar del mundo, pero se da la circunstancia de que es la gran desconocida por la mayoría de los que nos visitan. Físicamente, parece que está hecha, como dicen algunos, para ser el paraíso.

Sus costas están ocupadas por magníficas calas en todos sus puntos cardinales: es Canar, Cala Nova, es Figueral, Portinatx, Benirrás, Cala Salada, Platges de Comte, Cala d'Hort, ses Salines, ses Figueretes, Talamanca, Cala Llonga son algunas de ellas, con sus magníficas arenas y sus aguas limpias, transparentes, cristalinas.

Pero su belleza se complementa con preciosas y coquetas montañas de alturas compatibles, proporcionadas,con la extensión de la isla, cubiertas por millones de pitys, (del griego, pinos, que dieron a la isla y a nuestra hermana Formentera el nombre de Pityusas): algunas de ellas, Talaia o s'Atalaya , Puig de sa Serra, Puig de sa Grana, sa Serra d'en Sendic , Puig Redó, con sus Puig de s'Argentera, Beniferri con sus vaguadas ocupadas desde lejanos tiempos, tal vez desde siempre, por almendros, olivos, algarrobos e higueras y por pequeños, pero muy productivos huertos regados, hasta hace pocos años, con aguas de fuentes norias y del río Santa Eulalia. Hoy estas aguas solo pueden obtenerse mediante profundas perforaciones.

Cuturalmente, hay para escribir varios libros, por la abundante riqueza que nos han dejado las sucesivas civilizaciones, pero que no hemos sabido valorar. De todas formas, nuestros visitantes pueden disfrutar de un Museo Arqueológico de los mejores del mundo, uno de Arte Contemporáneo, un magnífico Museo Puget, visitar la Necrópolis Púnica, muchas salas de exposiciones, el poblado de sa Caleta, pasearse por Dalt Vila€

Tanta belleza y su privilegiada situación geográfica, hizo que los pueblos más avanzados: fenicio-cartagineses, romanos, musulmanes, nos visitaran y establecieran en la isla su base militar y comercial, hasta que bajo el reinado de Jaime I de Aragón, Guillem de Montgrí, arzobispo de Tarragona, la conquistó para el cristianismo.

Últimamente ha habido dos grandes invasiones veraniegas, una muy numerosa, de personas muy educadas, respetuosas con nuestras costumbres y con nuestra naturaleza.

¡Bienvenidos! Y otra que se hace notar por sus formas incorrectas de actuar, groseras , descontroladas y que dejan nuestras bellísimas calas llenas de desperdicios, basuras y con total falta de respeto a la naturaleza. ¡Buen viaje!