Tanto el expresidente del Consell de Ibiza Pere Palau como la exconsellera insular de Obras Públicas Stella Matutes, ambos del PP, negaron ayer en la sede del Parlament balear, en la comisión de investigación de las autopistas de Ibiza, que la hija del exministro de Asuntos Exteriores Abel Matutes hubiera incurrido en «un conflicto de intereses» durante la ejecución de las obras. Ambos se escudaron en que la ejecución de las obras era competencia del Govern balear y que el Consell «no hizo nada, salvo informar sobre el proyecto a todos los expropiados afectados que lo quisieron, pero sin ninguna capacidad de decisión». Por ello, Matutes afirmó que no hubo intervención alguna por su parte para beneficiar a las empresas de sus familias. Lo mismo dijo Palau. «Ni yo ni nadie ha visto ningún signo de incompatibilidad. Ni yo ni ningún tribunal», subrayó.

El diputado de Podemos Aitor Morrás y el de Més per Mallorca David Abril recordaron que, pese a no tener competencias directas, Stella Matutes, en calidad de consellera insular de Obras Públicas, formaba parte de la comisión mixta (entre el Govern y el Consell) formada para hacer un seguimiento de las obras. Matutes restó importancia a ese hecho e insistió en que, salvo intentar «contrarrestar la desinformación» que recibían los expropiados, no tuvo ninguna participación más en el desarrollo de los controvertidos proyectos.

La curva de Zumos Naturales

Morrás le preguntó si en la comisión bilateral «se habló de la curva de Zumos Naturales», en referencia al cambio en el trazado de la autovía del aeropuerto para sortear, según denunció en su día la Plataforma Antiautopistas, las naves de la empresa del Grupo de Empresas Matutes en Sant Jordi. Matutes respondió que fue el primer pacto de gobierno presidido por Francesc Antich el que previó en un estudio de tres alternativas este trazado. «El Govern de Jaume Matas lo recuperó, pero no se movió ni un milímetro», justificó.

Abril planteó a Matutes si sabía cuántas fincas de su familia se habían visto afectadas por el proyecto, a lo que la exconsellera dijo que no tenía «ni idea». «14», le recordó el diputado econacionalista. Acto seguido, Abril le preguntó si sabía que su familia recibió 3,5 millones de euros (de un total de seis) de más por «un error» en la calificación de los terrenos de su propiedad (se consideraron urbanos cuando eran rústicos) afectados por las obras de la autovía del aeropuerto. Cuatro años después, el Grupo de Empresas Matutes tuvo que devolver dicha cuantía. «No me acuerdo, y no tengo por qué darlo por veraz», dijo Matutes.

En este punto, el diputado de Més recordó que Matías Arrom Bibiloni (MAB), constructora de la autovía del aeropuerto, era «socio del Grupo Matutes en otras empresas como Baleària» y que fue esta (MAB) la que avanzó los seis millones de euros de las expropiaciones. «Me queda la sensación de que si MAB no fuera socio del Grupo Matutes no habría avanzado de forma tan diligente este depósito. Parece más bien una cuenta corriente entre socios . Así consta en la auditoría y la información que se nos ha entregado», dijo Abril, quien preguntó a Matutes si su familia había devuelto también los intereses. La exconsellera no sólo dijo que no lo sabía si no que puso en duda la argumentación del diputado de Més.

El diputado del PP Miquel Jerez recordó que «el exsenador socialista Pere Torres alias Casetes» también tuvo que devolver el dinero que cobró de más por las expropiaciones. «No lo dicen porque no les interesa, no les va bien», le echó en cara Jerez a Abril, quien, en su réplica, recordó que de los 4,5 millones pegados de más, un total de 3,5 millones fueron para Matutes.

Un selfie con «la héroe»

Matutes y Palau manifestaron estar «orgullosos» del resultado de los proyectos de las autovías, hasta el punto que la exconsellera dijo: «Hoy en día digan a los ibicencos que les quieren quitar estas carreteras y se los comen». Ambos también manifestaron los malos momentos vividos a nivel personal. Matutes, que ahora reside en Madrid donde tiene una empresa de diseño interior, explicó que algunos ciudadanos la ven como «una héroe» y que en el viaje en avión hacia Mallorca una persona le pidió «un selfie» conjunto «por las carreteras». «No debía ser una de las 22.000 personas que se manifestaron en contra», le replicó el podemista Morrás justo después.