El expresidente del Consell Pere Palau justificó la necesidad de la ejecución de las autovías con la reducción de accidentes de tráfico y, sobre todo de fallecidos, principalmente en la de Sant Antoni, la entonces llamada «carretera de la muerte». «Vale más una vida humana que toda la tierra expropiada», resaltó. Así, Palau dijo que entre los años 2002 y 2006 (cinco años) se produjeron 284 accidentes en la carretera de Sant Antoni con 27 personas fallecidas y, en cambio, entre 2007, después de las obras, y 2015 (nueve años) hubo 354 percances y cinco muertes. En cuanto a la autovía del aeropuerto, entre 2002 y 2006 hubo 66 accidentes y un fallecido, mientras que en los últimos nueve años, 89 siniestros y tres muertes. «Estas cifras nos tienen que hacer pensar sobre que antes de criticar alegremente a algunos le convendría callar», subrayó. Aparte de los accidentes, Palau también recordó el notable aumento del tráfico que se ha registrado.