­Otra de las carambolas que ha permitido la subasta de los lotes de playa de Sant Josep mediante el sistema de puja a mano alzada es la más que probable adjudicación al empresario canario Mahy Marrero de los cinco lotes de Cala d'Hort a los que ha renunciado finalmente Ana Isabel Megido, propietaria del Km5.

Marrero mantuvo un mano a mano con Megido por todos los lotes (98 hamacas). Esta tuvo que comprometerse a pagar un canon de más de 35.000 euros para hacerse con ellos, que salían a subasta desde los 14.000 euros. El canario podrá quedarse con todos por mil euros menos, además de los lotes de cinco velomares y cuatro tablas de paddle surf que se llevó en esta playa a través de Explotaciones Ibiza de Playa 2015 SL, una de las sociedades que constituyó un mes antes del concurso de Sant Josep.

Marrero, pendiente de sentencia por la Audiencia Provincial de Gran Canaria tras hallarse 450 kilos de cocaína en el interior de un yate a su nombre, reventó los precios en varios de los lotes por los que pujó, especialmente en Cala Bassa y Platja d´en Bossa, por los que se alcanzaron cifras de récord.

Al no formalizar el pago del canon, el canario perderá tres de los lotes que se llevó en la playa más cara de la isla, entre ellos el lote de 160 hamacas frente al Nassau, que se lo quedará si abona la mitad de los 89.300 euros que ofreció en primera puja. Tras perder este lote, los propietarios del beach club trataron de parar la subasta -a la que acudieron con varias personas con aspecto de personal de seguridad-.

Fuentes del sector dan por seguro que la renuncia del empresario canario se produce tras algún tipo de acuerdo con estos. Marrero también renuncia al lote de 72 tumbonas que obtuvo cerca del hotel Ushuaïa y a otras 116 hamacas que disputó a Ritusa -del Grupo Matutes-.

El empresario canario pujó en estas playas usando las sociedades Explotaciones Actividades de Playa SL y Explotaciones Gestión de Playa 2015. Como solo las empleó para la subasta de estos lotes, no perderá ninguno de los otros ocho que se llevó en aplicación de la cláusula que obliga a desposeer de todas sus concesiones al licitador que renuncie a una de ellas.