La fuerte reducción efectuada por el Ayuntamiento de Ibiza en el techo de población de su nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) -77.000 habitantes incluyendo plazas residenciales y turísticas- no impedirá que se puedan construir 3.055 viviendas nuevas a lo largo y ancho del municipio, lo que equivale a 9.165 habitantes.

La documentación del nuevo PGOU demuestra que se prevén crecimientos residenciales en 17 terrenos concretos del municipio, así como nuevas instalaciones industriales en otros cinco. Los mayores crecimientos de viviendas se producirían en el sector 12 de Ca n´Escandell, donde además de la zona verde anuncida por el equipo de gobierno, se prevén también casi 900 viviendas: 532 en el sector Este y 354 en el Oeste. Entre ellas figurarían las que el Ayuntamiento quiere dedicar a VPO.

También se prevén crecimientos residenciales en primera línea de mar de Talamanca (45 viviendas) y en segunda línea de Platja d´en Bossa.

En terrenos de la avenida de Pere Matutes Noguera se construirían 241 nuevas casas y en la vecina unidad Mare Nostrum, otras 284. En sa Joveria (frente al hospital Can Misses), se permiten 221 viviendas.

A estas unidades de actuación en suelo urbano se añadirían 15 más en las que solo se mejoraría la ordenación actual o se completaría su urbanización.

Todas estas actuaciones, que figuran a partir del folio 21 de la Memoria de Gestión, redundarían en un aumento de la población actual de 9.165 personas en el plazo de vigencia del nuevo planeamiento, que será de 15 años.

Sin embargo, la misma documentación del nuevo PGOU que detalla estos crecimientos advierte también de la escasez de agua desalada que habrá para suministrar a este techo de población.

En concreto, la página 135 de la Evaluación Ambiental alerta del «déficit» de agua desalada -los acuíferos subterráneos ya se dan por inútiles- que habrá para el techo de población de 77.000 habitantes que prevé el PGOU. El consumo máximo durante el verano en el municipio es de 11.500 metros cúbicos al día. «El déficit de agua existente en el municipio de Ibiza, teniendo presente que la planta desaladora de Vila alberga una capacidad productiva de 9.000 metros cúbicos al día, es cifrado en la actualidad en 2.500 metros cúbicos en la documentación del plan», afirma el citado estudio.

Sin embargo, no sería tampoco suficiente la utilización simultánea de las desaladoras de Vila y de Sant Antoni en verano. «El aprovechamiento conjunto de las potabilizadoras de agua de Ibiza y Sant Antoni permite disponer en la actualidad de un capital conjunto de 19.500 metros cúbicos, cantidad que se revela insuficente para abarcar la población prevista, si tenemos en cuenta el horizonte demográfico señalado en el Plan General». Ello es así porque «a la población de Ibiza habría que añadir los consumos de la población de Sant Antoni y Cala de Bou, que suponen aproximadamente un consumo total de 8.500 metros cúbicos al día», añade la Evaluación Ambiental.

Incluso, se recuerda en este documento que ya la Comisión Insular de Urbanismo del Consell aprobó en 2011 una prescripción «donde se limitaba a 61.000 habitantes la población para la que estaba asegurado el suministro de agua potable». Una cifra, «por tanto, inferior al horizonte previsto por la revisión del Plan General y que hace necesaria la ampliación de la infraestructura que aumenten las potenciales demandas de consumo de agua».

Más adelante, el documento afirma que este «déficit de agua debe solventarse mediante ampliación y nuevas instalaciones de las plantas desaladoras, bien en Vila o bien en Sant Antoni, para garantizar las puntas del consumo turístico» que se produce en verano.

La interconexión de la planta de Vila «con las instalaciones existentes en la isla» -tal vez en referencia también a la de Santa Eulària- permitiría solucionar el problema, de modo que la ciudad tendría «asegurado su abastecimiento de agua» en los próximos 15 años.

Depuración de aguas fecales

En cuanto a la depuración de aguas residuales, las nuevas 3.055 viviendas se prevén en un momento en que no hay capacidad de tratamiento para las aguas fecales que generarán. Según la Evaluación Ambiental, «en el año 2010 ya se había llegado al 97,1% de la capacidad de depuración de la estación» actualmente existente, lo cual desmiente las afirmaciones hechas por la concejala de Urbanismo, Elena López, quien afirmó esta semana que la depuradora actual «aún tiene un margen».

La nueva planta que se construirá en sa Coma, y que ya está adjudicada pero cuyas obras carecen de fecha de inicio, «resolverá los problemas derivados de la falta de capacidad en la temporada estival», afirma la Evaluación Ambiental. La nueva depuradora podrá dar servicio a una población de 80.000 habitantes en temporada baja (Vila tiene ahora casi 50.000) y 140.000 en temporada alta.

La estación nueva comunicará con la antigua, donde se ubicará una estación de impulsión y bombeo que recoja todos los caudales de aguas residuales que le lleguen y los impulse hacia la nueva planta, salvando un desnivel de 94,6 metros.