Mañana a las cinco de la tarde Buba, Toy, Poncho y Lucky tienen una cita muy especial. Estos cuatro perros, de los que llevan más tiempo en el centro de protección animal de Sa Coma, entrarán en el centro penitenciario de Ibiza acompañados de Marta Megino, de la asociación Aliadogs, y Antonella Greco, psicóloga. Allí les esperan cuatro presos, uno para cada animal. Los ocho, perros y humanos, aprenderán juntos durante tres meses en el programa ´Ayudandogs´ con la esperanza de mejorar su futuro.

«Se trata de socializar a estos perros y conseguir, poco a poco, que alguien quiera adoptarlos. Son maravillosos», apunta la alcaldesa de Ibiza, Virginia Marí, acariciando a Buba, que lleva un año en la perrera, y Toy, que lleva más de dos años esperando un hogar. Ellos son ya ejemplares adultos mientras que Poncho y Lucky son cachorros mestizos de razas grandes.

«El adiestramiento en positivo con perros aumenta las posibilidades de una adopción estable y definitiva», apunta Megino. «La terapia asistida con animales es un elemento motivador del cambio para los reclusos», señala Antonella Greco, psicóloga que colabora con el programa, que destaca la importancia del trabajo en positivo con un colectivo, como los presos, más acostumbrados al castigo. Greco hace hincapié en la «motivación y las ganas de participar» que han mostrado los reclusos. La dirección de la prisión ha escogido para el programa a los cuatro presos que cree que más podrán beneficiarse de él. «Personas que tienen problemas de control de los impulsos y las emociones y baja tolerancia a la frustración», detalla Greco. «Trabajaremos, además, la empatía y la autoestima», añade Megino, que está convencida de que el programa servirá para «aumentar el sentimiento de pertenencia al grupo y facilitar el día a día dentro del centro penitenciario ya que aceptarán las dinámicas de la prisión, mejorará la relación con los funcionarios, el cuidado de las pertenencias y la higiene personal». Además, se inicia a estas personas en un oficio para el que podrán seguir formándose, si así lo desean, una vez que hayan salido de la cárcel.

A Buba, Toy, Poncho y Lucky los han escogido por ser de los que más tiempo llevan en la perrera o a los que resulta más difícil encontrar un hogar debido a su tamaño. Los presos les enseñarán, guiados por Marta Megino, adiestramiento y obediencia básica. En esto trabajarán durante aproximadamente una hora y cuarto cada semana. El tiempo restante, los animales acompañarán a los reclusos durante los 45 minutos de terapia con Antonella Greco.

Pasados estos tres meses, y por muy duro que les resulte, presos y perros deberán separarse y se escogerá a otros animales y a otros reclusos para volver a iniciar el proyecto.

Futuro | Discapacitados y menores conflictivos

La intención de Aliadogs es continuar con el proyecto, con otros perros y otros reclusos, una vez finalizados estos tres primeros meses. Además, no descartan llevar esta iniciativa a otros ámbitos en los que consideran que la terapia con perros puede beneficiar a los usuarios. «Es un programa muy adecuado para tratar, por ejemplo, a menores en riesgo de exclusión social», apunta Marta Megino, de Aliadogs.

La alcaldesa de Ibiza, Virginia Marí, señala que también sería una buena opción para las personas con discapacidad. «Pienso en los chicos de ´Un mar de posibilidades´, que tienen eso en verano, pero quizás en invierno estaría bien trabajar con ellos y los perros», reflexiona la alcaldesa, que recuerda que, para poner en marcha esta idea harían falta «patrocinadores».