«Si no conseguimos mitigar el cambio climático en Balears, tendremos que acostumbrarnos a vivir en un mundo más seco y más cálido», sostiene Agustín Jansà Clar. Estas son las consecuencias que el experto en Meteorología mediterránea y delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Balears pronostica si no se consigue frenar la emisión de gases de efecto invernadero, algo para lo que es necesaria una gran reducción de consumo energético.

—Se acaban de publicar unos datos que hablan de una subida de las temperaturas en España de entre 3 y 6 grados para este siglo. ¿Cómo afecta esto a Balears?

—Balears, al encontrarse en un escenario marítimo, puede ver un poco mitigada esta subida, ya que el mar responde con mayor lentitud al cambio climático. Sin embargo, hay que tener en cuenta que Mallorca tiene un comportamiento climático más bien continental.

—¿Quiere esto decir que el aumento de temperaturas se notará más en Mallorca?

—Sí, pero la diferencia respecto a Menorca, Ibiza o Formentera, podría ser de un grado o menos. Los datos en Balears no son mucho más esperanzadores que en la Península.

—¿Hay motivos para alarmarse?

—Estos datos son sólo una hipótesis en base a un comportamiento determinado, por lo que podría no llegar a producirse este aumento de temperaturas. Sin embargo, las cifras dadas son muy altas. Tres grados es lo que aumentó la temperatura en el verano de 2003, muchos aún lo recordarán por lo extremadamente caluroso que fue, y eso causó la muerte a muchas personas en Europa.

—Pero el cambio no sólo va a reflejarse en la subida de temperaturas...

—No. Las precipitaciones van a sufrir una bajada general que se reflejará, sobre todo, en la segunda mitad de siglo. Este es el cambio que más se notará en Balears, ya que las lluvias aquí no son muy abundantes.

—¿De qué cambios hablamos?

—Según el pronóstico actual, en la primera mitad de siglo se baraja una horquilla que comprende desde una subida del 5 por ciento a una bajada del 20 por ciento. Es en la segunda mitad de siglo donde se aprecia el cambio con mayor claridad porque habrá datos claramente negativos que comprenden una bajada de entre un 10 y un 20 por ciento, respecto a 1960.

—¿Qué problemas pueden derivarse?

—Habría que hacer una reducción importante de las emisiones de gases de efecto invernadero. En Balears, el transporte es una de las causas principales de contaminación, pero cualquier consumo de energía supone una emisión a la atmósfera. Reducir el consumo de energía es la clave para reducir el efecto invernadero.

—En la zona de Cap Blanc (Mallorca), se encuentra situado el rádar meteorológico de Balears. ¿Qué importancia tiene?

—Permite saber qué ocurre con las lluvias, es capaz de situar en tres dimensiones cualquier lluvia y el lugar determinado en el que se va a producir, y su alcance es de 240 kilómetros.

—Volviendo a los estudios meteorológicos, en estos momentos tiene en marcha un proyecto internacional...

—Tenemos varios proyectos en marcha, uno de ellos es Medex, un experimento internacional dirigido desde aquí que estudia los ciclones que producen tiempo de alto impacto en el Mediterráneo.

—¿Qué importancia tiene este estudio para Balears?

—Importa en el sentido en que Balears forma parte del Mediterráneo. Además, es un estudio que se dirige desde aquí y en el que colabora la Universitat de les Illes Balears (UIB).

—¿En qué se basa esta colaboración?

—El grupo de meteorología del departamento de Física ha participado en este proyecto desde el principio, sobre todo en los estudio de situaciones meteorológicas concretas en la región y en las zonas de observación sensible. Han realizado un gran trabajo.

—¿Qué beneficios aporta?

—De cara a Medex, han realizado un trabajo muy valioso para la Aemet. Pero he de decir que obtenemos aportaciones mutuas, ellos colaboran con Medex y nosotros colaboramos en un proyecto sobre ciclones mediterráneos liderado por la UIB. Ambas partes nos beneficiamos de la colaboración.