Daniel Martin es un asiduo de Formentera que, por primera vez, exhibe sus esculturas de mármol en la sala municipal de exposiciones. Se trata de una muestra de 18 piezas que son un homenaje al cuerpo femenino. Formas sinuosas, elegantes, sugerentes y de un tacto exquisito.

El escultor, de origen francés, mantiene una relación intermitente con la isla desde hace más de 20 años. Antes de dedicarse en cuerpo y alma a esculpir mármol, fue periodista, fotógrafo y ebanista. Su propuesta creativa va más allá de la frialdad propia del material con el que trabaja y aunque en un primer momento puede parecer abstracto, la observación más detenida de su propuesta permite descubrir primeros planos del cuerpo femenino. Ese es el truco de la muestra. El espectador está obligado a realizar un segunda lectura, más profunda y detallada, de la pieza para poder entenderla.

Martin reconoce que su obra puede parecer abstracta pero no lo pretende. Más bien, desvela que pretende ser concreto: «Son partes del cuerpo de la mujer». Explica que su forma de trabajar nace de una idea que le surge, en un momento determinado, y que mezcla con sus sentimientos.

El color blanco es otro denominador común de las piezas, aunque en algunas de ellas incrusta elementos de madera. El artista reconoce que utiliza el material de ese color por que le garantiza que la pieza sea homogénea. El tratamiento de la superficie, el pulido, es otro de los aspectos formales que destacan en su trabajo.