Opinión | Tribuna

Con Illa gana la corrección política

Esa nueva etapa de la que hablan los dirigentes del PSC no puede pasar por dar protagonismo a Puigdemont

Días de llamadas telefónicas en ‘off’ y tentativas para formar un Govern. Salvador Illa ha ganado con educación. La política hace tiempo que dejó de ser correcta. Improperios e hipérboles por un tubo. Hay que dar caña si quieres un titular o un corte de voz en la radio o en la tele. Ese es el mayor logro de estas elecciones, la victoria de un candidato cortés que no renuncia a decir las cosas claras.

No lo tenía fácil. De hecho, los resultados podían haber sido mejores. La elaboración de una ley que amnistíe, entre otros, a Carles Puigdemont, sigue atragantando algunos de los votos que se fueron al PP o se quedaron en casa. Pero ganó. Eso es lo que cuenta.

Desde Madrid no se acaba de entender este éxito, sobre todo desde el PP. El voto a Illa también ha sido respaldado por un grueso de votantes pragmáticos que quiere pasar página, y lo más rápidamente posible. De no haber existido el debate sobre la amnistía, el trabajo callado y serio de Illa habría dado mejores resultados.

Pero la política tiene estos cambios de registro. El más importante, además de la victoria del PSC, es la vuelta a la primera línea de Puigdemont, que ya se daba como un cadáver político, y ya veremos si un nuevo rol de Oriol Junqueras, tras el abandono de Pere Aragonès.

Lo que se nos viene tiene tres escenarios: tripartito, sociovergencia o nuevas elecciones. Los tres son difíciles y dejan muchas víctimas en el terreno. Lo del tripartito, si hacemos caso al todavía president Aragonès, parece inviable. Lo de un pacto entre Illa y Puigdemont sería muy duro para aquellos que en estas elecciones han votado a los socialistas. Aunque Puigdemont también pueda irse a casa, la decisión daría la razón a Feijóo, que asegura que el PSC está en manos de los independentistas. Por último, unas nuevas elecciones son peligrosas para todos. Las carga el diablo.

Así que la responsabilidad cae sobre Illa. Es el único que tiene las claves o, al menos, la posibilidad de ir moldeando las relaciones que se irán forjando en las próximas semanas. Claro que esa nueva etapa de la que hablan los dirigentes del PSC no puede pasar por dar protagonismo a Puigdemont. Tal vez que la llamada sociovergencia, jamás implementada, sea una solución, pero lejos del líder de JxCat, porque los riesgos perforarían la línea de flotación de los socialistas catalanes.

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