El por qué ha llegado, cómo se puede actuar, cuáles son las especies más vulnerables y de qué manera se puede atajar fueron algunas de las numerosas preguntas que profesionales de la jardinería, empresarios y particulares plantearon ayer a los representantes del Govern sobre la Xylella fastidiosa en un salón de plenos del Consell abarrotado de personas. Y de dudas. Porque la sensación que quedó entre muchos asistentes es que existen muchos interrogantes sobre esta bacteria y que los efectos son, a día de hoy, imprevisibles.

El director general de Agricultura, Mateu Ginard, y el jefe de servicio de Sanidad Vegetal, Andreu Joan, expusieron la situación de esta plaga en las islas, hablaron sobre su origen, insistieron en que están en una fase «muy inicial», informaron sobre las medidas que están aplicando, algunos de los productos que se pueden usar para combatirla y los pasos que van a seguir en Agricultura desde ahora. Pero sobre todo defendieron las medidas de contención que están realizando y recordaron que «lo más importante ahora es que los agricultores, particulares y profesionales apliquen un código de buenas prácticas». Éstas pasan por tener las plantas y los árboles limpios, «sin malas hierbas que son un foco de insectos que pueden transmitir la bacteria», bien podadas y con una fertilización adecuada. «Si se consigue esto podemos evitar que entre la bacteria, porque sí que hemos comprobado que ataca más a los árboles que están abandonados», señaló Joan.

En su intervención informaron de que la subespecie que ha llegado a Ibiza, la 'pacua', es más dañina que las otras de las islas, como se ha demostrado en Italia, y que proviene de Costa Rica («que no quiere decir que el contagio provenga de allí»,como insisten desde el Govern), que es una bacteria muy difícil de controlar «porque se reproduce cada seis horas», que es agresiva y que a día de hoy es muy complicado detectar qué insectos son los vectores.

Los representantes del Govern insistieron que ahora mismo se está en una fase primigenia, en la que todavía no se tiene un diagnóstico definitivo, pero que la afectación es muy importante en las islas.

Tras la reunión, algunos de los asistentes mostraban su preocupación, como José María Planells, un agricultor que había acudido a informarse ante «una de las muchas plagas que hay» y quería saber de qué manera había que actuar. Lo mismo opinó José Vicente Guasch, un particular que en las tierras familiares tiene «muchos árboles» y consideró como un «problema grande» esta plaga.

Más escéptico se mostró Tomeu Ramis, un técnico de vegetación del aeropuerto, que vaticinó que con la xylella «pasará lo mismo que con el picudo de las palmeras: el problema se les irá de las manos». «No hay más que ver la de palmeras que hay afectadas y que siguen ahí sin ser retiradas por muchos avisos que des al Govern», señaló.