«Parece que la violencia afecta sólo a la pareja, pero tiene consecuencias en los descendientes. Crea una herida que afecta a su carácter y hace que se perpetúen esos modelos», apuntó ayer María Amorós, integrante de la asociación Mujeres Anónimas que Aman Demasiado, antes de la conferencia que ella y la presidenta, Susana Ripoll, impartieron en el centro cultural Cervantes, en Sant Antoni, dentro de la programación del Club Diario.

Además, apeló a la «responsabilidad» de las mujeres para evitar que esos roles continúen en sus descendientes. «Esto es una rueda y hay que pararla», comentó Amorós, que señaló que esto puede conseguirse si «cada persona» hace lo posible por actuar en su propio entorno. «Si no se pone freno, si continúa, la mujer puede acabar enterrada o en el juzgado», señaló. La ponente explicó que tomar la decisión de salir de esas relaciones «insanas» obliga a las mujeres a «revisar mucho» su propia personalidad e ir atrás en su vida para encontrar el origen de ese patrón que hace que inicien relaciones sentimentales con el mismo modelo de hombre.

Amorós explicó que haberse sentido rechazadas o aisladas de niñas en la familia afecta a la forma de ver el mundo de esa persona: «Si siento que no me quiere, busco a quien cuidar. Si me siento inseguro, busco a quien controlar». Además, señaló que en estas relaciones se crea una dependencia y que sus integrantes se empeñan en que tienen que funcionar «a pesar de que no se sientan felices». «Cuando empeora y él teme que se acabe promete cambiar. Ella tiene la esperanza de que sea así. Esto se repite constantemente y crea una espiral. El comportamiento se cronifica, empeora y puede llegar a la violencia física», detalló.

Antes de la conferencia, organizada por el Ayuntamiento de Sant Antoni con motivo del Día Mundial contra la Violencia Machista, que se conmemora hoy, se proyectó el documental ´Duérmete mamá, que yo vigilo´.