La situación del teatro Pereira centró buena parte del pleno de febrero. EPIC presentó una moción de control para conocer cuántas licencias de obra se han pedido y por qué el Ayuntamiento no ha respondido a la revisión de oficio solicitada por el propietario del café concierto Pereyra, ubicado en parte del edificio. El concejal de Urbanismo afirmó que existe una única licencia de obras, prorrogada tras el hallazgo de restos arqueológicos en 2010. Aseguró que existen dos licencias de actividad distintas (una otorgada en 2006 a Teatro Pereyra S.L. y otra, en 2010, a Fiesta Hoteles), pero que solo la primera tiene vigencia.

Juan Flores explicó que si los juristas del Consistorio no han respondido a la petición de revisión del empresario es porque la misma se ha desestimado a través del silencio administrativo. Destacó que este asunto forma parte de un proceso judicial y que el letrado municipal va a elevar sus conclusiones.

El dueño del café concierto Pereyra, Eric Jan Harmsen, y su familia acudieron al pleno como público y pidieron intervenir. Este empresario corrigió a Flores y aseguró que no existen dos licencias de actividad y que la otorgada a Carmen Matutes Prats es una ampliación de la suya.

Además, recriminó al Consistorio que otorgara esa ampliación sin su autorización, al ser el titular de la licencia. Harmsen aseguró que el contencioso que mantienen está visto para sentencia y describió la corrupción política como el «mal uso de lo público para beneficio privado». Su hijo fue más explícito: «El Ayuntamiento ha otorgado licencias que son fraudulentas y es hora de asumir responsabilidades». A continuación, pidió a la alcaldesa que «corrija el desastre» y esta ofreció al empresario una reunión con los técnicos municipales.