Como punto de partida de las reivindicaciones que el Consell de Formentera planteará al nuevo Govern balear estará la petición de «un trato especial por la triple insularidad» en materias en las que las competencias están en el Ejecutivo balear. El conseller Bartomeu Escandell confía en encontrar esta vez un interlocutor «más sensible que el de la pasada legislatura» y menciona las alusiones a la triple insularidad de Formentera que hizo la presidenta del Govern, Francina Armengol, en su discurso de investidura.

La mejora en gestión integral del agua es la mayor prioridad del gobierno insular. Escandell recuerda el alto coste del agua en la isla (1,96 euros el metro cúbico a pie de desaladora), que supone una clara desventaja con el resto de ciudadanos de las Balears. En parte, ese elevado coste es consecuencia de que ya se está repercutiendo en el precio la inversión prevista para remodelar la desaladora de es de es Ca Marí.

El conseller, que también es el responsable insular de Agricultura, incide en la necesidad de completar «el ciclo del agua», con la puesta en marcha de la red de riego agrícola con aguas depuradas. «La desalación y la depuración son partes esenciales» en ese ciclo «y deben dimensionarse con arreglo a las necesidades de Formentera» con la finalidad de reaprovechar al máximo el agua y eliminar los vertidos al mar. También permitiría impulsar el sector primario.«No nos podemos permitir el lujo de tener una balsa de riego y una red de distribución que ha costado 8,5 millones de euros y que no este funcionando», afirma.

Otro objetivo de gobierno será lograr la transferencia de las competencias de promoción turística, que rechazó en la pasada legislatura al considerar insuficiente la financiación , y seguir avanzando en la forma de limitar y regular la entrada de vehículos a la isla, para lo cual el Consell volverá a convocar en breve a todas las fuerzas políticas locales y a los asesores jurídicos.