El Consell de Formentera exigió ayer en la mesa de negociación convocada por el director general del Puertos del Govern balear, Antonio Deudero, la prohibición de la actividad de party boat (barcos discoteca) a lo largo de todo su litoral. Por su parte, y con la intención de regular esta actividad, el Govern presentó un «código de buenas prácticas» para las empresas del sector (25 en Ibiza, con una flota de 41 embarcaciones) agrupadas en la Asociación Patronal de Empresarios de Actividades Marítimas (Apeam). Los asociados serán los que se comprometan a cumplir ese código y la propia organización empresarial se autorregulará, velando por su aplicación.

Esta reunión se celebró primero en Formentera y pasadas las dos de la tarde, en el Consell de Ibiza (información en página 4).

Deudero, como «coordinador de facto» (así definió su papel), explicó que ese manual de buenas prácticas deberá ser ratificado por la asamblea de la Apeam prevista a finales de este mes, «así como su régimen disciplinario para que controlen esta actividad entre sus asociados», señaló.

El borrador de buenas prácticas incluye varios compromisos, pactados con las empresas, que detalló Deudero: «Buscar rutas alternativas para desarrollar la actividad; el cumplimiento por parte de todas las embarcaciones de que están al corriente de los requisitos legales y preceptivos a nivel de documentación; la obligatoriedad de informar a los pasajeros sobre su comportamiento y los sistemas de seguridad durante la navegación; el compromiso de que cuando estén cerca de la costa el volumen de la música sea reducido al máximo y buscar zonas alejadas cuando el volumen sea interesante para la actividad de fiesta a bordo».

El director general defendió el trabajo realizado por su departamento por «no ir encaminado a prohibir sino a regular y mitigar al máximo el impacto negativo». Puntualizó que los party boat «es una actividad más que ninguna ley prohíbe expresamente, por lo que consideramos que se pueden tomar medidas para hacerla compatible sin molestar a la gente o afectar a parajes naturales». Además, recordó que el Ejecutivo no está de acuerdo en limitar actividades económicas que generen puestos de trabajo.

La postura del Consell fue defendida por las conselleras de Turismo, Alejandra Ferrer, y de Medio Ambiente, Silvia Tur, ante representantes del resto de administraciones: Govern, Dirección insular de la Administración general del Estado; Capitanía Marítima; Autoridad Portuaria; Demarcación de Costa; Guardia Civil y Apeam.

Ferrer argumentó que la fórmula del party boat, entendida como barcos discoteca que combinan música y consumo de alcohol, «no tiene nada que ver con nuestro modelo turístico ni con nuestra economía, ya que no generan nada para la isla y dañan nuestra imagen y la tranquilidad de los residentes y bañistas».

Mientras, Tur recordó «la severa contaminación acústica» que provoca el volumen de la música cuando «los barcos discoteca» fondean a lo largo de cualquier punto de la costa de Formentera, molestando «a las personas que disfrutan de la playa en una ambiente de calma y a la fauna marina y terrestre», recordó.

La consellera precisó que el Consell no comparte los argumentos del Govern y que le planteará por escrito su demanda. Aprovecharán que la conselleria balear de Medio Ambiente debe redactar los planes de usos y gestión de los Lugares de Interés Comunitario (LIC), marcados por la Unión Europea, para incluir que se contemple la prohibición de esta actividad, «no solo en aguas del Parque Natural sino en todo su litoral ya que los LIC afectan al cien por cien de la costa».

Insistió que el Consell hace tres años que denuncia los efectos negativos de esta actividad y pidió «la prohibición en todo su litoral».