Los clubes más laureados del planeta son los que tienen un mayor número de seguidores. Sin embargo, los equipos modestos transmiten una sensación indescriptible cuando se enfrentan a las grandes potencias del fútbol mundial. Prácticamente todos los aficionados quieren que el pez pequeño se coma al grande. La ilusión es tan magnífica que incluso el fan más acérrimo perdona un tropiezo de su equipo para que la historia cierre el círculo. La eterna magia de la victoria de David contra Goliat.

El Formentera se convirtió ayer en el equipo de muchos aficionados que jamás habían escuchado hablar de la pitiusa menor en nada referente al mundo del deporte. La tercera ´machada´ en los penaltis de los de Tito García Sanjuán en la Copa del Rey, esta vez ejecutada ante el Tudelano, les pone en disposición de permanecer para siempre en la memoria de millones de personas.

Y es que el torneo del K. O. es el escenario en el que se desarrollan las tramas más inesperadas del planeta futbolístico. Una de las más sonadas se fraguó en el año 2008, cuando el chileno Manuel Pellegrini comandaba el primer gran proyecto de la segunda era de Florentino Pérez en el Real Madrid. Entonces, los blancos se toparon de frente ante el Alcorcón, que les humilló por 4-0 en un partido de ida en el que no tuvieron la menor oportunidad. Y no fueron capaces de remontar en el Bernabéu. Un duelo que pasó a la historia como el ´alcorconazo´, una fecha que fue el principio del fin del preparador de Chile al frente del Real Madrid.

El equipo de Chamartín también sucumbió en dos ocasiones más frente a futbolistas de Segunda División B. Los triunfos del Real Unión de Irún (2008) y el Toledo (2000) son menos recordados, pero no por ello menos relevantes.

El Barcelona también tiene su particular historia negra en la Copa del Rey. Los azulgranas fueron tumbados por tres equipos de Segunda B en su historia -Figueres, Gramenet y Novelda-, pero el equipo que permanece en el recuerdo por su duelo frente al Barça sucumbió en la eliminatoria.

Corría el año 1996, con Johann Cruyff al frente del banquillo barcelonista y Josep Guardiola portando el brazalete de capitán de un equipo que estuvo muy cerca de morder el polvo ante el Numancia, con futbolistas como Jorge Barbarin y Raúl Ruiz, reconvertido a periodista en el programa ´El día después´. El equipo modesto logró un inesperado empate a dos goles en Los Pajaritos, aunque acabó eliminado en el Camp Nou por 3-1, pese a conseguir adelantarse en el electrónico en Barcelona.

El fútbol lejos de España también ha vivido en los últimos años dos auténticas gestas que merecen ser recordadas. La primera la forjó Grecia en la Eurocopa de Portugal. Los helenos fueron capaces de salir adelante en el ´grupo de la muerte´, en el que estaban la anfitriona Portugal y España. Pese a desarrollar un juego poco vistoso, (ganó todas las eliminatorias por 1-0) Grecia fue capaz de llegar hasta la final y arrebatarle el título a Portugal ante su público.

Gloria del Leicester.

La travesía del Leicester en la Premier League 2015-16 fue todavía más complicada. En una competición en la que los grandes equipos llevaban años invirtiendo centenares de millones de euros, el italiano Claudio Ranieri sacó a un grupo de futbolistas del ostracismo y lo dirigió a la gloria absoluta. Una escuadra que levantó el título después de 38 jornadas, puso en el mapa a su cuidad y robó el corazón de los supporters británicos y de todo el planeta. Lo mismo que espera lograr el Formentera ante un rival que todavía está por decidir. Aunque es seguro que la batalla será recordada.