Apenas seis semanas después de acceder al cargo, Liz Truss se disculpa. "Ahora reconozco que hemos cometido errores, lamento esos errores, pero los arreglé, nombré un nuevo canciller, restablecimos la estabilidad económica y la disciplina fiscal y ahora quiero seguir adelante y cumplir".No va a ser fácil, su popularidad ha caído en picado, está a más de 30 puntos por debajo del Partido Laborista, incluso un periódico británico ha organizado apuestas sobre quién va a durar más: si ella o una lechuga iceberg. La prensa le pregunta directamente qué credibilidad tiene para seguir en el cargo.Jeremy Hunt, su nuevo ministro de Economía, actúa ya como si fuera el jefe de gobierno, deshaciendo por completo la rebaja fiscal del anterior. La supervivencia de los tories se tambalea desde el referéndum del Brexit de 2016. Ahora ni Truss ni Hunt pueden permitirse ya romper ni una cosa más.