La princesa se sometió a una "operación abdominal" el pasado 16 de enero en un hospital de Londres, de la que se recupera apartada de los eventos oficiales y no se espera que se reincorpore a sus tareas públicas hasta, al menos, después de Semana Santa. El hecho de que su dolencia se haya mantenido en el más estricto secreto ha desatado todo tipo de conjeturas sobre su condición y acerca de su matrimonio con el heredero al trono británico.