Este es el tipo de lejía que debes usar en los alimentos

Se trata de un producto que hay que saber utilizar correctamente

Este es el tipo de lejía que debes usar en los alimentos

Este es el tipo de lejía que debes usar en los alimentos / Pexels

Las frutas y verduras que llegan a nuestro hogar lo hacen desde muy lejos y en el proceso pasan por cintas de distribución, camiones, cajones, supermercados... y en ese largo periplo, lógicamente, se ensucian.

Solo hay una forma de evitar que las bacterias y patógenos lleguen a nuestro organismo, y es lavando las frutas y verduras con lejía alimentaria (ojo, no confundir con la lejía que se utiliza en la limpieza de la casa).

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) señala que hay patógenos y químicos en las frutas, verduras y hortalizas. Por dicho motivo, se recomienda utilizar este tipo de producto para lavarlas y eliminar los restos contaminantes, con la finalidad de consumir un alimento sano. Además, se aconseja utilizar el agua tibia para garantizar su efectividad (12ºC a 48ºC). 

Este tipo de producto usa diferentes materias primas como el cloro, la sosa cáustica y el agua. Tienen que producirse ciertas reacciones químicas hasta conseguir el resultado final, no obstante, los beneficios son muchos. En esta lista, enumeramos algunas de las principales ventajas de su uso: 

  • Alto poder desinfectante. Cuando este producto entra en contacto con la suciedad, los gérmenes o los olores se producen una serie de reacciones químicas. Esto da lugar a que se rompan las moléculas de impureza, que están presentes en los alimentos, mobiliario o utensilios de cocina. 
  • Elimina los patógenos. En la cocina se acumulan muchos microorganismos, por lo tanto, si se emplea un chorrito leído en agua, se eliminan estos parásitos de los alimentos y de las superficies. 
  • Limpieza. El hipoclorito de sodio potencia el poder de esta solución cuando se trata de mantener el agua limpia, los alimentos y las superficies en contacto con estos. 
  • Producto asequible. Por último, otro de sus beneficios es el precio, puesto que es una de las soluciones desinfectantes más baratas que podemos encontrar en el mercado. 

Otras formas de preservar las frutas y verduras

En el medio ambiente (suelo, polvo, agua de riego...) puede haber microorganismos patógenos y elementos químicos que en ocasiones pueden contaminar las frutas y verduras.

Por este motivo es muy importante una manipulación adecuada antes de su consumo.

En la compra

  • Observa que no tengan magulladuras ni daños externos. Su superficie tiene que estar limpia y sana, con el brillo y el color propio de la especie de que se trate.
  • Para su transporte a casa, pon las frutas y verduras separadas de carnes, pescados, mariscos y productos de limpieza.

En casa

  • En general conserva las frutas y verduras en la nevera. Dentro de ella, deben separarse del resto de los alimentos cocinados y crudos y almacenarse en la zona menos fría (cajones).
  • Hay frutas y verduras, que por su naturaleza y grado de maduración, se pueden conservar a temperatura ambiente, pero siempre por periodos cortos (como cebollas y cítricos en general).
  • Cuando compres frutas y verduras cortadas y/o peladas, o las prepares en casa, consérvalas en el frigorífico.

En la cocina

  • Manipula siempre las frutas y verduras separadas de otros alimentos, con especial cuidado cuando se vayan a consumir en crudo.
  • Lávate las manos antes y después de la preparación.
  • Todos los utensilios y superficies de cocina que vayas a utilizar deben estar limpios y secos.
  • Corta las partes dañadas.
  • Recuerda: las hierbas aromáticas frescas (perejil, albahaca…) y los brotes de semillas (soja) las debes lavar igual que las frutas y verduras.