No compres estos alimentos en los supermercados: son los que más plásticos tienen

Al contrario de lo que se puede pensar, comprar productos orgánicos y obviar los envases de plástico para alimentos no es una forma segura de evitar productos químicos nocivos como el BPA (bisfenoles) y los ftalatos. 

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Según una nueva  investigación  de Consumer Reports, los ftalatos y bisfenoles, dos sustancias químicas relacionadas con diversos riesgos para la salud, como la diabetes y los trastornos hormonales, están "generalizados" entre los productos básicos de los supermercados y las comidas rápidas, independientemente de su embalaje e ingredientes y de si están o no certificados.

Los investigadores descubrieron que el 99% de los supermercados y las comidas rápidas que analizaron contenían ftalatos, también conocidos como plastificantes, que son sustancias químicas que se añaden a los plásticos para hacerlos más flexibles. Además, el 79% de las muestras de alimentos contienen bisfenol A (BPA), una sustancia química industrial utilizada en la fabricación de plástico, y otros bisfenoles. Se ha descubierto en estudios que ambos productos químicos son peligrosos  para la salud.

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Entre los alimentos de supermercado analizados, los ravioles con queso orgánico demostraron tener la mayor cantidad de ftalatos con 53,579 por nanogramo, seguidos por algunas latas de melocotones en rodajas, que contienen 24,928 ftalatos por nanogramo y el salmón rosado, que tiene 24,321 ftalatos por nanogramo.

85 alimentos analizados

CR analizó 85 alimentos en busca de tres bisfenoles y 10 ftalatos, así como algunos de sus sustitutos químicos comunes, analizando dos o tres muestras de cada producto. Los alimentos probados incluyeron comidas preparadas, frutas y verduras, leche y otros productos lácteos, comida para bebés, comida rápida , carnes y mariscos, todos los cuales venían en varios tipos de envases, desde latas hasta bolsas y papel de aluminio. 

Se descubrió que los químicos plásticos, que antes se pensaba que llegaban a los alimentos preenvasados exclusivamente a través del envase, pueden filtrarse en los productos alimenticios de varias maneras. Según CR, los ftalatos pueden entrar en los alimentos a través de tubos, cintas transportadoras y guantes utilizados durante el procesamiento de alimentos, así como en la carne y los productos agrícolas a través del agua y el suelo contaminados.