Fundación Cruz Roja Española

Tres expertos abogan por una inteligencia artificial “con conciencia, propósito y centrada en las personas”

Nuria Oliver, doctora en Inteligencia Artificial por el MIT, Cristina Aranda, impulsora de Mujeres Tech, y el escritor y filósofo José María Lasalle participan en un espacio de reflexión impulsado por la Fundación Cruz Roja Española

Un modelo de IA puede copiar cómo escribimos en móviles.

Un modelo de IA puede copiar cómo escribimos en móviles. / Pixabay.

Redacción

Nuria Oliver, doctora en Inteligencia Artificial (IA) por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT); Cristina Aranda, impulsora de iniciativas comprometidas con la innovación y cofundadora de Mujeres Tech y José María Lasalle, director del Foro de Humanismo Tecnológico de ESADE y escritor, han abordado los retos y oportunidades de la IA en el segundo encuentro de las ‘Conversaciones Humanitarias generadoras de talento’, impulsadas por la Fundación Cruz Roja Española y que ha moderado el periodista Antonio Lorenzo. Los especialistas han abogado por un uso concienciado de la IA, con un propósito claro, y centrada en las personas, para garantizar que pueda abordar los principales desafíos de nuestro tiempo de forma efectiva y sin riesgos. 

Como señala Nuria Oliver, los algoritmos nos pueden ayudar a tomar mejores decisiones y a entender mejor el estado del mundo, “aunque sabemos que esta tecnología no es perfecta”. La cofundadora de ELLIS Alicante ha señalado la importancia de trabajar en una IA centrada en las personas para hacer frente a retos como la crisis climática y energética o el envejecimiento de la población. La experta en IA no ha querido olvidar los desafíos sociales y éticos que presenta esta tecnología, señalando que “tenemos que abordar sus limitaciones, como la violación de la privacidad, la estereotipación, la falta de veracidad, los sesgos algorítmicos, etc… si queremos que este potencial se convierta en una realidad. Para superar estos retos, –ha asegurado–, tiene que haber mucha investigación, libre de intereses económicos”. 

Para José María Lasalle, entre los principales desafíos que afectan al desarrollo de la IA destaca el conocer “cuál va a ser el propósito de su fomento. Requiere que la humanidad piense sobre el propósito y el sentido más profundo que debe acompañar a esta poderosa herramienta que estamos generando y que está cambiando el mundo. Debemos plantear una reflexión sobre cuánto se están alterando las bases de la condición humana. La IA está modificando no solo los comportamientos del ser humano sino, también, la manera en que éstos se relacionan con la realidad”, ha explicado. El desarrollo de la IA va a requerir, en opinión del filósofo, “una reflexión moral, más allá de una consideración ética o de tratar que esta tecnología se asocie a un uso positivo y al bienestar”. Según Lasalle, el ser humano debe ser capaz de aportar conciencia a este escenario: “Debemos trabajar para que la IA tenga conciencia, para lo que hace falta un sentido humanista y moral”, ha subrayado.

Regulación y formación

En esta misma línea, y para mitigar los efectos negativos que pueda tener la IA, Cristina Aranda plantea un control a través de una regulación mundial, al igual que existe en otros sectores como el del tráfico aéreo, así como una formación humanista de los profesionales que trabajan con datos. “Es el espíritu crítico lo que nos va a diferenciar de la IA, y la mejor solución para mitigar sesgos en los algoritmos es la formación, además de la aplicación de los sistemas de optimización de datos y ‘justicia algorítmica’, ya existentes”. Aranda ha destacado la importancia de incorporar la ética dentro del diseño de estas soluciones de IA “para hacerla más inclusiva y con un impacto más social”. 

Como señala Aranda, la IA no posee “inteligencia emocional”, es algo que no pueden tener las máquinas. “La IA tiene memoria, pero no trabaja con el recuerdo, que es volver al corazón”, ha asegurado. “Las personas que trabajan con tecnología deben tener espíritu crítico y cuestionarse las aplicaciones que se están desarrollando”, ha señalado la cofundadora de Mujeres Tech. 

Avances en la salud y en la educación

Los participantes en este foro también han abordado la incidencia que esta tecnología puede tener en aspectos como el empleo, la salud, el cambio climático o la educación. 

La IA nos puede ayudar a tomar mejores decisiones en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): “Se pueden detectar zonas que estén sumidas en la pobreza para intentar implementar acciones que eviten esa situación, apoyarse en drones para detectar plagas o zonas con sequía extrema, así como optimizar recursos con la agricultura de precisión”, han sido algunos de los ejemplos explicados por Nuria Oliver.

En el área de la salud, la revolución de la IA alcanza diversos ámbitos: la farmacología, la posibilidad de acelerar el tratamiento de moléculas en vacunas, o el apoyo que supone para la toma de decisiones clínicas o para predecir curvas pandémicas son algunos de los ejemplos más trascendentes en el contexto médico. 

Para Cristina Aranda, la IA es una increíble herramienta para ayudar a las personas en ámbitos como la salud, la educación o el empleo: “La ciencia nos permite conocer el mundo, pero la tecnología nos permitirá transformarlo”. La experta ha citado ejemplos como la detección de estados de ánimo en enfermos oncológicos, el acompañamiento a personas en soledad no deseada, la detección de conductas suicidas o de trastornos alimentarios a través de las redes sociales. “La IA ayudará a hacer la vida más fácil y evitar daños en las personas”, comenta.

En el ámbito de la Educación, “la IA nos abre la posibilidad de tener una educación personalizada, un modelo individualizado, en el que cada alumno o alumna pueda aprender al ritmo y con los recursos más adecuados a sus necesidades. Asimismo, ayudará a atender las diversidades funcionales de la persona (dislexia, hiperactividad…) y dar apoyo a los gestores de la educación (docentes, gerentes administrativos…)” ha asegurado Nuria Oliver. 

Como señala Lasalle, la IA nos obliga a tener muy presentes la agenda relativa a las desigualdades, los vacíos éticos, etc… al igual que ocurrió con la revolución industrial y su impacto en el mundo actual. “El cambio tecnológico no supone necesariamente una proyección escalada de la justicia, la igualdad o el progreso. No debemos confiarnos a las capacidades de la IA, debemos plantearnos cuál va a ser el propósito en el fomento de esta tecnología. La profundidad que tiene la Inteligencia Artificial nos obliga a tener una precaución reforzada”.

Tecnología y Vulnerabilidad

La Fundación Cruz Roja Española dedica este año 2024 al tema ‘Tecnología y Vulnerabilidad’ y, entre otras actividades, organizará seis ‘Conversaciones Humanitarias generadoras de talento’ que contribuyen al propósito de la Fundación: impulsar en la sociedad pensamiento humanitario que contribuya a cambiar mentalidades y realizar transformaciones siempre en beneficio de las personas.