«El de Formentera es más que un torneo de ajedrez, es una experiencia única»

El Sunway Chess es un torneo abierto reconocido por la Federación Internacional de Ajedrez

Daniel Alsina, Alexandra Prado y Tomás Sosa, tres de los participantes en el torneo de ajedrez que se celebra en Formentera.

Daniel Alsina, Alexandra Prado y Tomás Sosa, tres de los participantes en el torneo de ajedrez que se celebra en Formentera. / C.C.

Carmelo Convalia

Carmelo Convalia

El torneo de ajedrez que concluye este viernes por la tarde en Formentera, en las instalaciones del Sunway Punta Prima, es mucho más que un torneo al uso. Los participantes destacan el ambiente tranquilo y favorable, el entorno en el que se desarrolla y también las actividades paralelas que se organizan durante los diez días (uno de descanso) en los que se celebra este torneo abierto.

Tres de los participantes, dos grandes maestros de ajedrez, Tomás Sosa (Argentina, 24 años), Daniel Alsina (España, 36 años), y una candidata a maestra Fide (siglas de la Federación Internacional de Ajedrez), Alexandra Prado (Bolivia, 28 años), comparten una charla frente al mar y con un tablero de ajedrez gigante al lado. «El torneo de Formentera es más que un torneo, es una experiencia única», resume Tomás Sosa, mientras sus colegas asienten.

Los tres coinciden en que su pasión por el ajedrez les viene de pequeñitos, pero a día de hoy pueden vivir de esta actividad gracias a que, en el caso de los grandes maestros, imparten clases, y en el de Alexandra, porque es streamer. Retransmite sus partidas para sus 800.000 seguidores, que están repartidos entre las distintas plataformas por las que retransmite. Estas actividades paralelas les permiten a los tres asistir a torneos, una media de diez al año, para ascender en el ranking Elo, que es por el que se mide el nivel de los profesionales del ajedrez.

Daniel Alsina explica que comenzó con siete años, cuando se cerró un centro que realizaba actividades lúdicas en su barrio. Su madre buscó una actividad alternativa: «Cogió el listín de teléfono, que ya no existen, buscó ajedrez, dio con la Federación Catalana, y me apuntó al club de ajedrez más cercano».

Tomás Sosa se inició en este deporte en Argentina cuando apenas tenía «tres o cuatro años», rememora. Su padre trabajaba de noche, por lo que de día, cuando dormía por las tardes, no podían hacer ruido en casa. Así que empezaron a practicar juegos de mesa «para estar en silencio». Un día vio a su hermano y a su padre jugar al ajedrez y les pidió que le enseñaran: «Me dijeron que no y me dio curiosidad. Insistí y mi madre me terminó por enseñar». Luego, en el colegio al que iba, tenían ajedrez como materia: «Y el profe se dio cuenta de que jugaba y siempre que podía me dedicaba más tiempo. Cuando me di cuenta, y estaba jugando torneos».

El caso de Alexandra Prado es más curioso. Vivía en un pequeño pueblo de Bolivia, Samaipata, de apenas 3.000 habitantes: «Llegaron tres alemanes y decidieron abrir una escuela de ajedrez. Era algo diferente para nosotros, estábamos en un pueblo pequeño y nos llamó la atención». En aquel momento tenía siete años y fue cuando aprendió a jugar.

Torneo mixto

El torneo de Formentera tiene otra característica: es mixto. Es decir, que se enfrentan indistintamente jugadores de las categorías masculina y femenina. Es una tendencia creciente en el mundo del ajedrez, sobre todo por lo que supuso para muchas jóvenes la serie ‘Gambito de dama’, del año 2020, que supuso un cambio de mentalidad en un deporte dominado por la presencia masculina.

Alexandra Prado lo tiene claro: «Sí, hay bastantes más varones, antes digamos que había un 99% de hombres, pero ahora esto está cambiando, hay más mujeres jugando, después de ‘Gambito de dama’». Reconoce que «para una mujer no es muy cómodo estar en un ambiente de solo hombres y es un poco raro ser la única mujer». «Pero esto, como digo, está cambiando. Cada vez hay más mujeres en los torneos, aquí mismo [en Formentera] calculo que debe haber un 30% de mujeres», señala.

Sus rutinas diarias pasan por estudiar varias horas al día para seguir sumando puntos Elo con su participación torneos.

En el caso de Alexandra explica que dejó la competición «por la pandemia, la universidad» y por convertirse en streamer del ajedrez y creadora de contenidos relacionados con este deporte. Pero «este mismo año» volvió a jugar: «Y me encanta, así que me propongo ser maestra».

Tomás Sosa apunta que la llegada de las nuevas tecnologías ha revolucionado el mundo del ajedrez en varios sentidos: «Como deporte en sí y luego el ajedrez mediático. Alexandra, por ejemplo, tiene muchos seguidores y eso hace que pueda dedicarse a jugar».

Daniel Alsina interviene para comentar que en el torneo de Formentera «hay seis chicas streamers que montan sus cámaras y retransmiten las partidas que sus colaboradores comentan en directo y que siguen miles de personas». Se trata de una nueva forma de vivir este deporte: «Es competitivo, es emocionante ver a tu streamer favorito, y hay muchos seguidores».

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