El concurso de arroz de matanzas hace cantera en Sant Antoni

La mayoría de ellos se pusieron al frente de los fogones por primera vez para hacer su mejor versión de esta receta ibicenca

‘Si a London volem anar, el primer premi hem de guanyar’. Era el lema que presidía la mesa del instituto Isidor Macabich, uno de los ocho centros educativos que participaron ayer en la primera edición del Concurso de Arroz de Matanzas Júnior.

El instituto de Sa Serra, el colegio de Buscastell, el de Can Bonet, els ‘coroners’, como se autodenominaban los alumnos de Santa Agnès, el instituto de Sa Colomina, el colegio de Ses Planes, de Sant Josep, y el aula UEECO de Sa Serra fueron los otros centros que también encendieron los fogones para cocinar en plena plaza de s’Era d’en Manyà, sumando entre todos a unos 130 alumnos, según indicó el organizador de la iniciativa, Vicent Sala.

La primera edición del concurso de arroz de matanzas junior

La primera edición del concurso de arroz de matanzas junior / Vicent Marí

El objetivo del encuentro era colaborar para recaudar fondos para el viaje de estudios de los alumnos que cursan 6º de Primaria, en el caso de los colegios, y de 4º de ESO de los institutos. Además de los premios a los ganadores, cada centro contaba con un puesto para la venta de pasteles o artesanía. «Esto también es para hacer cantera y que dentro de un par de años podáis participar en el concurso de verdad», les avanzaba Sala, momentos antes de desvelar el nombre de los premiados.

Valencia, el más repetido, Asturias, Andorra y Londres eran los destinos que tenían los alumnos en mente, aunque alguno señalaba que si ganaban el primer premio, dotado con mil euros, «podríamos mirar otras alternativas e irnos más lejos», indicaban Valentina, Geroni, Alba y Leo, los cuatro alumnos de 6º de Primaria del colegio de Buscastell, un centro unitario, que tenían en agenda volar a la ciudad del Turia. No ganaron el primer premio, pero sí se llevaron el tercero, dotado con 250 euros.

La primera edición del concurso de arroz de matanzas junior

La primera edición del concurso de arroz de matanzas junior / Vicent Marí

Los ‘coroners’, que confesaban que no habían hecho un arroz de matanzas en su vida, no tenían claro el destino de su viaje de estudios, pero fueron los más animados durante todo el día junto a los alumnos de la sala Ueeco de Sa Serra, que no dejaron de bailar ni una canción de las que sonaban en s’Era d’en Manyà.

Pasadas las once de la mañana, los diferentes grupos empezaban a sofreír los primeros ingredientes. «Cebolla, pimiento, tomate, ajo,...», enumeraba Maurici junto a Héctor y Juhi, del instituto Isidor Macabich.

Los de Buscastell, por su parte, seguían las órdenes del padre de Valentina, que les instaba a dejar de remover y les indicaba que el siguiente paso era pasar por el fuego el azafrán y añadir la ñora. Los de ses Planes se guiaban por las indicaciones de las madres de Leo y Evan, mientras Malena, Claudia, Daniela, Zoe y Haizea atendían el puesto de pasteles y de llaveros, tapetes y pulseras hechas por ellas mismas.

A los fogones del colegio de Can Bonet estaba David, que tenía muy claro cuáles eran los pasos a seguir, porque según dijo no era la primera vez que cocinaba un arroz de matanzas. Aun así, su padre escudriñaba por su alrededor para evitar un imprevisto en cualquier momento.

La primera edición del concurso de arroz de matanzas junior

La primera edición del concurso de arroz de matanzas junior / Vicent Marí

Pasadas las 12 horas, todos los equipos ya tenían los ingredientes sofritos y el caldo incorporado. «Qué olorcito tan bueno», decía Maurici, mientras esperaba que arrancara a hervir. Y no le faltaba razón. Solo faltaban unos minutos para el último paso: echar el arroz y esperar y confiar en tener el arroz al punto a las 13 horas, el momento del verdad.

Manu y Sergio, del instituto de sa Serra, con la parsimonia tan propia de los adolescentes, vigilaban el arroz mientras confesaban que sin la ayuda de las madres no lo hubieran conseguido. «Nosotros hacemos lo que podemos», reconocían. Aun así, sacaban esa vena de vacile, también tan característica de la edad: «Aquí huele a victoria».

Dani y Lina, de Sa Colomina, estaban al frente del puesto de venta de pasteles, mientras contaban que otras cinco personas eran las encargadas de elaborar el arroz de matanzas, aunque reconocían que eran «debutantes». Entre los postres que vendían, el más original de todos: el gulab jamun, un dulce propio de Pakistán y de India y elaborado por una compañera, de origen paquistaní.

La primera edición del concurso de arroz de matanzas junior

La primera edición del concurso de arroz de matanzas junior / Vicent Marí

El momento de la verdad había llegado. A las 13 horas, diferentes representantes de cada uno de los centros educativos enfilaban la calle del Rossell con un plato del arroz elaborado para entregarlo al jurado, «muy exigente», advertía el concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Sant Antoni, Miquel Tur. Además de Tur, el grupo de ‘exigentes’ estaba formado por ganadores del Concurso Mundial de Arroz de Matanzas de ediciones pasadas. Cuchara en mano y con una concentración plena se encontraban Cati Ribas, ganadora del primer premio en tres ocasiones, Antonia y Lina Roselló, vencedoras del primer premio en dos veces, y Joan Tur, ganador en una edición pasada.

Hecha la degustación de los ocho platos presentados, el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, se encargó de dar a conocer el veredicto final. Además de los alumnos de Buscastell, que obtuvieron el tercer premio, y los ‘coroners’, que se embolsaron los 500 euros del segundo premio, los alumnos del Isidor Macabich quedaron en el primer puesto y, por tanto, se llevaron los 1.000 euros. Londres les espera.

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