Víctor Erice, Premio Donostia 2023 afirma «desconfiar» de su leyenda

El cineasta presenta su última película, ‘Cerrar los ojos’, y asegura que «una verdadera película reclama como medio natural la sala cinematográfica»

El cineasta Víctor Erice posa ayer viernes en el Festival de Cine de San Sebastián. | EFE/JAVIER ETXEZARRETA

El cineasta Víctor Erice posa ayer viernes en el Festival de Cine de San Sebastián. | EFE/JAVIER ETXEZARRETA / ep. donostia

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El cineasta vasco Víctor Erice, que recibió ayer viernes el segundo Premio Donostia 2023 del 71 Festival Internacional de cine de San Sebastián, donde presenta su último trabajo ‘Cerrar los ojos’, ha afirmado que «desconfía de la leyenda épica» sobre él, con la cual, ha confesado no reconocerse «en absoluto». Asimismo ha rechazado que esta película sea «testamentaria», al tiempo que ha confesado que para él el cine ha sido una experiencia «existencial».

En rueda de prensa en San Sebastián, Erice, muy emocionado y luciendo una camiseta de los hermanos Lumiére, se ha referido a la sanación a través del arte, a través de las «músicas, libros, películas que, de repente, irrumpen en nuestras vidas y nos modifican» de forma que crecemos «en conocimiento».

Erice, ha pedido «perdón» por «revestirse de la protección de grandes maestros a los que no llego ni a la suela del zapato». Además, ha confesado que al igual que a aquellos de su generación, el cine le ha dado, en «tiempos de miseria», en alusión «a la falta de libertades elementales», que «a través de una película, durante unas horas, podíamos ser ciudadanos del mundo y elegir a nuestros maestros».

Erice ha abogado por «la creatividad de un cineasta que no pretende estar haciendo arte». «Yo no lo he pretendido, esa es la aventura de la creación, o surge o no surge», ha confesado.

También ha reflexionado sobre los cambios experimentados en el cine y ha afirmado que, «del proyecto original de los hermanos Lumière, solo queda ya la sala cinematográfica».

En todo caso, ha opinado que «una verdadera película reclama como medio natural absoluto la sala cinematográfica», que debe verse, a su juicio, «como una experiencia ciudadana compartida». «El desarrollo tecnológico nos ha conducido a que el hecho de ver una película tenga lugar en la privacidad doméstica, que no es lo mismo», ha opinado, para, a continuación, reivindcar esa «experiencia pública».