Fiestas en Ibiza: El ritual de la paella en es Canar por Sant Cristòfol

La tradición perdura año tras años en la zona con la elaboración de paellas por parte de los restaurantes de la localidad en un mediodía muy caluroso, que no restó entusiasmo a los cocineros

Pocos platos son tan típicos para un día de fiesta de verano como la paella y en es Canar (Santa Eulària) lo saben muy bien. A mediodía de ayer se celebró la tercera edición de Feria de la Paella para conmemorar a su patrón, Sant Cristòfol. En este concurso se reúnen varios de los restaurantes de la zona con un mismo propósito: cocinar la mejor paella y seguir la tradición que desde antes del boom turístico ya se celebraba en es Canar. La previsión para la tarde era continuar la fiesta con misa, desfile de carros y baile payés a partir de las siete de la tarde, y por la noche, como colofón, la fiesta Flower Power.

El ritual de la paella en es Canar por Sant Cristòfol  |

El ritual de la paella en es Canar por Sant Cristòfol | / María Parejo Ribas

Preparar una paella para muchos comensales no es fácil y, además, es un proceso que requiere mucho tiempo. «Llevamos desde las 9 de la mañana preparándola», comenta Paula Marí responsable del restaurante Solimar, que explica que no es el primer año que participan en el concurso. Su paella es mixta y Marí asegura que la hacen de forma tradicional, con una buena base de pescado. En el establecimiento esperan a 40 personas a la hora de la comida, pero han preparado arroz para servir a 60 comensales. «Si hay que hacer más, se hace», afirma Paula Marí.

Carlos Marí es el dueño de este restaurante. A mediodía ya está ayudando al chef para preparar la paella que van a servir en la comida. «Al ser hoy lunes no es un día muy bueno para que venga mucha gente»,aventura Marí. En todos los restaurantes de la zona se nota la menor afluencia en relación a otros años por este motio.

El ritual de la paella en es Canar por Sant Cristòfol  |

El ritual de la paella en es Canar por Sant Cristòfol | / María Parejo Ribas

Inês Costa y Mariana Silva son dos portuguesas que están de vacaciones en la isla. «Nos hemos enterado de esta feria gracias a un cartel promocional que había en el hotel sobre las fiestas» de es Canar, comentan. En esta ocasión han decidido pedir una tapa, que tiene un precio de ocho euros, mientras que el plato cuesta 15, como en el resto de restaurantes que participan en el popular certamen.

Las Arenas es otro de los establecimientos que se ha unido a la celebración. Es uno de los primeros hoteles que abrieron es Canar y quieren seguir la tradición de las paellas. «La gente bajaba con los carros a la playa y preparaban las paellas», rememora Pepita Colomar, una de las propietarias del local. «Era una fiesta muy celebrada antiguamente, antes del turismo, pero después ha ido decayendo», añade.

El ritual de la paella en es Canar por Sant Cristòfol  | FOTOS DE TONI ESCOBAR

El ritual de la paella en es Canar por Sant Cristòfol | FOTOS DE TONI ESCOBAR / María Parejo Ribas

En su caso llevan preparando la paella desde las nueve de la mañana y a partir de las 14 horas ya empiezan a servir los platos a los clientes que acuden a sus negocios. Ven más sencilla esta manera de elaborarla y prefieren no hacer una gran cantidad.

Narjis Elkhattabi y su familia se acercan a comer por segundo año al restaurante por el concurso. La última vez quedaron muy satisfechos y no se lo quieren perder. Por la tarde piensan quedarse a disfrutar del resto de las actividades. «Pasar la tarde con un buen helado», afirma esta residente, pues es la mejor forma de mitigar los más de 30 grados que marca a mediodía el termómetro. «Tenemos que animar el pueblo y que vengan a probar nuestra paella. Es una manera de apoyar al pequeño comercio», explica Pamela Arce, encargada del restaurante Bon Gust.

El ritual de la paella en es Canar por Sant Cristòfol  | TONI ESCOBAR

El ritual de la paella en es Canar por Sant Cristòfol | TONI ESCOBAR / María Parejo Ribas

Todo un ritual

Guillermo Cardona es el cocinero de este local. Lleva desde bien temprano cocinando la paella con su compañero Toni. «Es un ritual», admite, ya que preparar el caldo y los ingredientes lleva su tiempo.

Vicent Marí, un vecino de la zona, se encuentra curioseando junto a los chefs. Es la primera vez que podía acudir a esta celebración, puesto que ahora se ha jubilado y tiene más tiempo libre.

Mientras los cocineros terminan su creación, una mesa de 14 personas empieza a llenarse. Son vecinos de es Canar y no es la primera vez que acuden a esta celebración. Explican que el restaurante les gusta mucho y que preparan « la mejor paella» de la localidad.

«Es un mal día entre semana y otros se ha hecho un poco más. Hemos servido unas 10 raciones», lamenta Manuel Muñoz, dueño del restaurante Miranda.

Pese a todo, residentes de otros municipios de la isla se han acercado también a esta fiesta culinaria. Una pareja de Sant Joan degusta el arroz del restaurante Miranda, un lugar que ya conocen y que les gusta mucho. «De momento está muy buena y tiene bastante material», afirma satisfecha Paloma Ametller .

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