Una cápsula del tiempo en el que se contiene la historia y la memoria de Ibiza y Formentera. De esta manera, Fanny Tur , define la importancia y el significado del Arxiu Històric d’Ibiza i Formentera, que ha dirigiedo durante 35 años y del que ha pilotado su transformación y modernización. Un trabajo que abarca prácticamente toda una vida, y por la que se ha hecho acreedora del premio Diario de Ibiza a la Acción Cultural.

Cuando Fanny Tur asumió su cargo, el día 14 de febrero de 1987, el Arxiu prácticamente no existía, y era una acumulación de papeles «con chinches y pulgas» que llevaban años sufriendo el abandono y la degradación. Parte del legado se salvó gracias al compromiso de personas conscientes del valor que para la memoria colectiva tenían esos documentos, y que se preocuparon por salvaguardarlos.

Salvadores del pasado

Una sonriente Fanny Tur recibe las felicitaciones de Lourdes Cardona y Carmen Domínguez.

Unos empeños individuales que Tur recordó es un discurso de agradecimiento cuando recogió el Premi Diario de Ibiza a la Promoción Cultural: «Debo recordar a Enrique Fajarnés Tur, quien realizó la primera clasificación del archivo allá por el siglo XIX. Al mossèn Isidor Macabich, su primer archivero. Y a personas como Mariano Llobet, quien salvó del fuego, literal, el fondo documental de la Cúria», aunque Tur tampoco se olvidó de otras personas que también pusieron su granito de arena para que esta historia tuviera un final feliz: «A todos aquellos que, desde la prensa y a través de todo tipo de altavoces, denunciaron el abandono que sufría el Arxiu e hicieron campaña para salvarlo».

Patrimonio de todos

El Arxiu Històric d’Ibiza i Formentera se encuentra en la segunda planta del edificio de Can Botino, y acoge un valiosísimo fondo documental. Su pieza más valiosa es el conocido como Llibre de la Cadena, un código que contiene las copias de los documentos más importantes de los jurados de la Universidad de Ibiza -el que entonces era el órgano de gobierno insular- desde los primeros años de la conquista catalana, en el siglo XIII, hasta su eliminación tras el Decreto de Nova Planta de 1716. Un documento indispensable para conocer la historia de las islas pitiusas y que en la década de los ochenta del siglo XX fue restaurado gracias al Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

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«Pero el Arxiu es muchísimo más», recordó Fanny Tur, quien evocó que «esta isla ha sido un puerto de entrada y salida de gentes y culturas, y todas ellas nos han dejado el testigo de su paso». Así, el archivo incluye ejemplares de prensa de la época, papeles privados, cartas, archivos notariales e incluso álbumes fotográficos donados por familias: «A todos aquellos que han entregado al Arxiu sus recuerdos familiares para que los custodiemos, les debo un inmenso agradecimiento».

Una tarea gigantesca

En 1987 Fanny Tur recibió el encargo de asumir la responsabilidad del Arxiu, tras aprobar las oposiciones a archivera bibliotecaria del Ayuntamiento de Ibiza. Le esperaba un trabajo enorme e, incluso, una amiga suya que entonces trabajaba en la Junta de Andalucía, le comentó que «aquello no tenía arreglo». Sin embargo, tras las dudas iniciales, Tur se entregó a su misión. Tres décadas y media más tarde, los resultados están a la vista: «A día de hoy, el Arxiu Històric d’Ibiza i Formentera es modélico, se ha modernizado y guarda una colección fundamental», comentó la directora de Diario de Ibiza, Cristina Martín, cuando resumió los méritos de la premiada. A lo que Fanny Tur añadió otro aspecto fundamental: «Gran parte de los fondos del archivos están digitalizados, con lo que pueden ser consultados desde cualquier parte del mundo». El Arxiu tiene su fondo abierto a toda la ciudadanía, porque ese pedazo de historia también le pertenece, forma parte del patrimonio y la herencia de todos y cada uno de los ibicencos y formenterenses.

Emoción y reconocimiento en la entrega de los Premis Diario de Ibiza

Emoción y reconocimiento en la entrega de los Premis Diario de Ibiza Gerard Felip

A lo largo de este tiempo, alrededor de Fanny Tur se ha formado un equipo de profesionales cuyo concurso también ha sido indispensable para convertir el Arxiu en lo que es ahora, y para ellos también tuvo un recuerdo: «Este reconocimiento lo es también para todos los compañeros y compañeras del Arxiu y de las bibliotecas que trabajan día tras día. Este premio es suyo».

Después de dedicar más de media vida al Arxiu, Fanny Tur explicó que este día tenía algo de simbólico: «Hoy precisamente, hace 38 años que falleció mi abuelo, que fue quien sembró en mí el amor a los libros». Un amor que luego se trasladó a «la historia y los papeles viejos», entre los cuales confiesa que «podría pasarme horas», y que la hacen completamente feliz: «Después de la familia y mis amigos, el Arxiu es mi gran pasión».

Como símbolo de la memoria, el recuerdo y el pasado como patrimonio común, Tur también aprovechó la ocasión para recordar a la sindicalista mallorquina Aurora Picornell, de quien ese mismo día encontraron sus restos 85 años después de su fusilamiento, y que por fin podrá tener una sepultura digna. «Ojalá los presupuestos de Cultura sean siempre superiores a los de las armas», finalizó.