Diario de Ibiza

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Tres días a cuerpo de ‘influencer’ en Ibiza

Maletas perdidas, estilismos de urgencia, romances incipientes, pantalones manchados y yates averiados entre las aventuras que han vivido desde el viernes los invitados a los International Influencers Awards, que concluyen con la entrega de premios

Domelipa, Brianda Deyanara y otras 'influencers', durante el cóctel en Atzaró. Letilorrio

«Esta celebración tiene más power que una boda», grita Juanpa Zurita (29,4 millones de seguidores en Instagram) segundos después de recoger el premio al Mejor Influencer de 2022 en la clausura de la primera edición de los International Influencers Awards, que reúne en Lío a decenas de prescriptores de tendencias y creadores de contenido. «Gracias por valorar el trabajo, por reunirnos a todos. He visto caras muy bonitas, caras nuevas. Somos la revolución. Somos la siguiente generación. ¡A seguir creando!», continúa el mexicano, jaleado por el público, entre los que los influencers asistentes suman unos 156 millones de fieles en Instagram y más de 144 en Tik Tok. La gala, precedida por una alfombra blanca, es el colofón a un intenso fin de semana retransmitido a golpe de posts y stories.

Tres días en los que estos reyes de la popularidad se han dedicado a lo que mejor saben: mostrar sus vidas a todo trapo y sin asomo de penuria. Tres días en hoteles de lujo, travesías en yate, paellas con gambas rojas o un chuletón, puestas de sol, sobremesas en beach clubs y noches en reservados VIP de las discotecas. Todo pagado, obviamente. Desde el Consell de Eivissa matizan que su aportación máxima será de 90.000 euros: 20.000 de los puestos de siete diseñadores de Adlib el domingo en Atzaró y hasta 70.000 directos para la iniciativa de Talentum, la misma empresa que organiza la media maratón de Santa Eulària y que para cobrarlos deberá «acreditar que las marcas Adlib e Ibiza han tenido una repercusión mínima que justifique el patrocinio». Esto es importante, ya que no todos los invitados han detallado que ese lugar paradisíaco, de aguas transparentes, donde te reciben con champán, todo el mundo te sonríe, te saltas las colas para entrar en las discotecas y hasta cargan contigo a las espaldas si no quieres mancharte los pies de arena para ir del yate al restaurante, es Ibiza.

La verdad es que durante estos tres días a cuerpo de influencer la actividad de los invitados ha sido bastante desigual. Desde quienes han compartido prácticamente todo lo que han vivido, como la polaca Ola Nowak (una de las pocas que etiquetó y mencionó la moda Adlib) a los que se han limitado a subir, como mucho, media docena de stories y posts. Sin contar los concernientes a la gala y la alfombra blanca, obviamente, que ahí no han dado abasto para compartir. sus propios vídeos y los de los compañeros de aventuras. Entre los poco generosos en imágenes de estos días destaca Pelayo Díaz (premio en la categoría de Moda).

Maletas perdidas

«Amo que podemos caminar tranquilas a las tres de la mañana. Sólo te encuentras gente divertida», comenta Domelipa (mejor Tiktoker) en una de sus últimas historias en la isla mientras, tras la gala, camina por el puerto con Brianda, que en una de sus publicaciones, al poco de llegar a Ibiza, confesaba su deseo de ser, algún día, como la mujer que se sentaba a su lado en uno de los cafés de Marina Ibiza: elegante, tranquila, con su perrito y «escribiendo poesía» junto al mar.

Pero que nadie piense que todo es maravilloso en la vida de estos personajes. Los influencers también lloran. Si no, que se lo digan a Hannah Stocking (premio en la categoría de Entretenimiento), a la que perdieron la maleta por lo que, acompañada de los hermanos Zurita, se escapó a la tienda de Charo Ruiz para hacerse con algunos trapos con los que salir del paso. Lo mismo le pasó a Eleonora Carisi, que nada más aterrizar en Ibiza utilizó las redes sociales para denunciar que Vueling le hubiera «arruinado la jornada de trabajo» y pedir ayuda, algo por lo que estaba dispuesta, incluso, a pagar. La italiana, que se buscó un estilismo de emergencia en Mango y Zara, ha sido prácticamente la única que ha explicado que se encontraba en la isla «invitada por el gobierno de Eivissa» para asistir a una gala en la que estaba nominada en la categoría de fotografía.

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International Influencers Awards en Ibiza Blanchon Agency

Pero ha habido más tragedias. Faye Winter comprobó con horror cómo su marido, Teddy Soares, se manchó los impolutos pantalones blancos comiendo paella en Formentera. Una comida en la que Natalia Osona y Gracy Villarreal confesaron que no sólo disfrutan del lujo sino también de placeres mucho más mundanos, como una sobremesa con un café bombón, postre sin gluten y una divertida partida al Uno. Precisamente era Osona la que explicaba otro pequeño drama: una avería en el barco que llevaba a parte del grupo hasta Formentera. «Nuevo barco y directos» explicaba la joven que, a diferencia del resto de las influencers, no dudaba en posar recién salida del agua. Con el pelo mojado, vaya, y no con cada cabello perfectamente estudiado.

Estos días ha habido tiempo para casi todo. Xuan Lan (premio Bienestar), muy concienciada con el medio ambiente, se escapó del programa prefijado para conversar junto al mar con Manu San Félix. Gotzon Mantuliz confesó en uno de sus selfies submarinos que se quedaría a vivir en las Pitiüses y Zoë Pastelle incluso se paseó por Vara de Rey con dos perrillos mientras que los Hermanos Martínez (Influencers Revelación), que aterrizaron en el aeropuerto tras dormir apenas unas horas, presumieron de siesta y de habitación de hotel. Dalt Vila, a sus contenidos nos remitimos, ni la pisaron. Tampoco probaron un bullit de peix ni un sofrit pagès (Laura Matamoros se puso fina de caviar, eso sí). Pero la noche de la isla la exprimieron bien: Guetta, Pachá, Hï, Lío, Idris Elba... Lo del dj en el cuarto de baño dejó fundidos a muchos de ellos, que pensaban que no era más que una hipérbole, una leyenda urbana de la noche de la isla. Aunque algunos compraron algún detallito de Adlib, donde arrasaron fue en Dior.

Por cierto, Carisi se reencontró con su maleta justo a tiempo para vestirse para la alfombra blanca, en la que Sofia Ellar confesó que aunque le gusta ofrecer una imagen natural sí que está usando «algún filtrillo últimamente». Ni por el photocall ni en estos tres días, ningún influencer de libros, cine, ciencia, didáctica, cocina o body positive. Y eso que los hay, también, con millones de seguidores. La famosísima Delicious Martha, de hecho, está pasando aquí unos días. Sí estuvieron cerca tres activistas de Extinction Rebellion. Junto a la alfombra y dentro, durante la gala. Con pancartas en las que pedían a los influencers que usen su poder «para unirse a la lucha por un planeta habitable». Ayer, en sus redes, sin embargo, no había rastro de la protesta. Como no hubo rastro de la moda ibicenca en la alfombra blanca, por la que una de las más populares influencers patrias, María Pombo (premio Estilo de Vida) desfiló con un minivestido de lentejuelas de casi 3.000 euros. Otra, Marta Castro, lucía uno prestado. De una empresa que se dedica, precisamente, a eso. Y que etiquetó perfectamente, claro.

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