¿A qué proyectos ha tenido que renunciar su departamento para redirigir los fondos a la lucha contra el covid?

Uno importantísimo era la prolongación del metro hasta el Parc Bit, que ya teníamos en condiciones de licitar. Pero el coronavirus ha marcado otras prioridades, y el gasto sanitario, educativo y en servicios sociales ha hecho necesario un replanteamiento del Govern en su conjunto. Esa partida de 20 millones de euros ha quedado postergada, y no va a ser con recursos propios como podremos retomar este proyecto durante la actual legislatura, aunque estamos peleando ante el Gobierno de España para que se pueda financiar con fondos europeos, al igual que el tranvía hasta el aeropuerto. Este último cumple con todos los requisitos para contar con dinero procedente de la UE, y está explicado con todo detalle en Madrid. La cosa va de convencer al Gobierno de España para que éste lo pelee fuerte ante Europa.

Todas las esperanzas están puestas en reactivar el turismo durante este año y para eso hacen falta vuelos. ¿Cómo ha dejado la pandemia nuestra conectividad?

En estos momentos la pérdida de conectividad está siendo altísima, y es lógico que sea así, porque hemos pedido a los ciudadanos que eviten en lo posible los desplazamientos. El sector aeronáutico es uno de los más golpeados por la crisis y ha necesitado de ayudas muy fuertes de los estados. Lo que nos dicen las compañías aéreas es que en el mismo instante en el que se recupere la demanda, ellas responderán de manera inmediata aumentando la oferta de aviones, pero a día de hoy es muy difícil fijar un calendario de reactivación.

¿Corremos el riesgo de que alguna aerolínea se quede por el camino y de que se generen monopolios en las comunicaciones de Balears?

Vamos a ver algunas fusiones, como la de Iberia y Air Europa que ya se ha producido. El Govern ya ha remitido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia y a Europa la advertencia de que bajo ningún concepto se deben establecer monopolios de facto por parte de una compañía. Esa fusión de Iberia y Air Europa puede tener bondades desde el punto de vista macro, pero nos puede perjudicar en el ámbito regional. Hemos tenido reuniones directas e Iberia es consciente de nuestras peticiones y nos consta que se plantean alternativas para garantizar que no se de ese monopolio de facto que podría perjudicar a los usuarios.

Las aerolíneas no están excesivamente contentas con AENA (Aeropuertos Españoles) respecto al apoyo obtenido.

Hablamos de una reducción de tasas y de poder prolongarlas en el largo plazo. Es fundamental. Hasta ahora, AENA ha respondido razonablemente bien, han respetado las comunicaciones acordadas y han facilitado al máximo los controles sanitarios. Cuando el mercado empiece a recuperarse, AENA deberá de hacer algunos esfuerzos más como los indicados al principio para reducir al máximo los costes de las compañías aéreas.

Eso sería más fácil si el Govern participara en la cogestión de los aeropuertos de las islas. ¿Es un sueño imposible?

Es un sueño a largo plazo. Y también deberían participar los agentes sociales en esa cogestión, y los ayuntamientos donde se encuentran. Los aeropuertos deben de dar servicio al territorio al que sirven y es necesario que se gestionen desde una perspectiva de ese territorio. Ahí es donde a veces falla Aena. La privatización de estas instalaciones no juega a favor de esa idea, pero el 51% sigue estando en manos del Estado.

Los promotores advierten de un parón en los proyectos de nueva vivienda a causa de la crisis del coronavirus y que básicamente se pondrán en marcha solo las que superen un precio de 300.000 o 350.000 euros, inasumible para muchas familias.

En 2020 nos fijamos como objetivo impulsar 500 nuevas viviendas desde el Ibavi, con 70 millones de euros de inversión principalmente para constructores locales, y hemos cumplido. Para 2021, con un presupuesto de 95 millones, hemos fijado 500 viviendas más destinadas directamente a los residentes. Otra medida que vamos a poner en marcha es ceder suelo público a los promotores para que ellos edifiquen nuevas residencias a cambio de explotarlas en alquiler durante una serie de años. En un plazo no superior a las dos semanas vamos a sacar ya a exposición pública el primer paso para tramitar la primera experiencia de ese tipo, algo que tiene pocos antecedentes en España. Estamos abriendo un camino nuevo. Otra vía es la de los grandes tenedores para que nos cedan vivienda vacía.

Esas políticas solo cubren una pequeña parte de la demanda. El sector privado dice que necesita más suelo a precio asequible para impulsar viviendas y que este Govern ha reducido el disponible con sus desclasificaciones.

De las políticas del PP aprendimos que aumentando la oferta de suelo no se reduce el precio de la vivienda, especialmente en Balears, que es un territorio finito y en el que el precio de los inmuebles va vinculado en muchas ocasiones a la demanda extranjera de segundas residencias. Para poder intervenir sobre el marcado necesitamos la implicación de la Administración del Estado fijando techos en el precio de los alquileres, una imprescindible inversión pública, y constancia. Mil viviendas en dos años en las islas no son muchas, pero es que en 40 años el Ibavi solo había alcanzado las 1.800. Lo fundamental es no pararse ahí, que haya una continuidad, gobierne quien gobierne. El problema de la vivienda en Balears es estructural y hay que trabajar en el largo plazo.

El sector promotor lleva años pidiendo que se le permita construir viviendas más pequeñas y en edificios más altos para poder abaratarlas.

Este es un debate que merece la pena abrir, y aquí tiene que jugar un papel muy importante el ámbito municipal porque se alteran configuraciones de ciudad. Pero es un debate que no debemos rehuir y que vamos a tener que afrontar en algún momento.

Este mes se han puesto en marcha la totalidad de las nuevas líneas de transporte público por carretera. ¿Cómo está yendo la experiencia?

Cualquier cambio provoca unos primeros días de información permanente. Empezamos en temporada baja, que es un buen momento para reorganizarse. Siempre hay alguna queja, pero lo que percibimos es satisfacción porque los autobuses son nuevos, mejor preparados, todos permiten llevar la bicicleta dentro, hay líneas nuevas, las frecuencias se han mejorado...

¿La previsible debilidad en la llegada de visitantes va a suponer recortes en las líneas turísticas durante el verano?

No. Se van a mantener salvo que se diera una situación excepcionalmente mala, que entonces abordaríamos con las empresas concesionarias.

¿La posible llegada de un menor número de turistas respecto a 2019 hará de nuevo necesaria la vigilancia contra la piratería de algunos transportistas en el aeropuerto?

Vamos a mantener las inspecciones en Son Sant Joan para luchar contra la piratería. En los últimos cinco años ha habido un cambio, hemos identificado el problema y hemos mejorado la eficacia de los controles, aunque aún nos queda recorrido. Pero la impunidad con que se actuaba a día de hoy ya no se ve.

Usted pactó con los taxistas crear una aplicación para móvil desde la que poder dar un mejor servicio.

El pliego de condiciones de esa app está ya casi concluido. En Balears se ha renunciado al aterrizaje de compañías como Uber o Cabify, pero a cambio debe mejorar el servicio del taxi , y para ello habrá que tener una visión de conjunto de isla y no municipal.

¿En las reuniones del Govern se detecta vértigo ante la posibilidad de un nuevo pinchazo económico en Semana Santa?

No debemos generar demasiadas expectativas con la Semana Santa, porque va a ser muy complicada, y hay que ser conscientes de ello. No sabemos qué incidencia de contagios tendremos dentro de quince días como para vaticinar qué sucederá dentro de tres meses. Pero hay que ser prudentes, porque todas las percepciones que nos llegan no nos permiten pensar que tendremos una Semana Santa turística como la de otros años. Veamos si somos capaces de llegar a finales de febrero con unos muy bajos índices de contagios porque eso va a ser fundamental. Vienen por delante unos meses en los que habrá que pedir esfuerzos muy grandes a ciudadanos y sectores económicos, pero solo así, entre todos, podremos tener oportunidades en el medio plazo, y no pienso tanto en Semana Santa, sino ya en el verano.

Ahora estamos en el peor nivel, el 4. ¿Hay que llegar a marzo en el 1?

Estamos ahora en unos niveles muy altos y es fundamental que los ciudadanos nos concienciemos de la importancia de evitar contagios, porque de eso depende nuestra próxima temporada turística. Los sectores como la restauración, el comercio o el transporte lo entienden y están haciendo unos esfuerzos enormes. Pero no es algo que dependa solo de Balears. ¿Cómo estarán Madrid y Barcelona? ¿E Inglaterra o Alemania? Nadie puede responder a eso, pero debemos preparar una campaña de promoción muy fuerte para el verano, en la que está trabajando el conseller de Turismo, Iago Negueruela. En cualquier caso, si resolvemos el problema sanitario, habremos solventado un porcentaje altísimo de esta crisis.