2020 ha sido el peor año en la historia de las matriculaciones de vehículos en las Pitiusas. Nunca, desde que se dispone de esta estadística (año 2003), se había producido un desplome semejante, superior, con creces, incluso al de la crisis que comenzó en 2008. Hasta el mes de noviembre (últimos datos disponibles), en la isla de Ibiza sólo se tramitaron 3.100 matrículas, un 40,2% menos que en el mismo periodo de 2019, cuando se dieron de alta 5.183 vehículos. En Formentera es aún peor: sólo 152 coches y motos fueron registrados por la Dirección General de Tráfico, cuatro veces menos (-75,6%) que en 2019.

Es un mal general, fruto de la crisis generada por la pandemia y que afecta también a Mallorca (-44,5%) y Menorca (-44,6%): sin trabajo, sin apenas comercio, sin turismo, pocos se aventuran a comprar un automóvil en esta época. La caída media en España fue del 35%.

En el caso de los turismos, sólo se tramitaron 1.799 en la isla de Ibiza, un 44,6% menos que en 2019 (3.249): hasta ahora, nunca se había bajado de los dos millares. Y en Formentera, sólo 90 (-56,3%), menos de la mitad que hace un año (206): allí siempre se superaron los dos centenares cada año, lo que da una idea de la magnitud de esta crisis.

Pinchan las dos ruedas

Pinchan las dos ruedas

Respecto a las motos, en Ibiza únicamente se llegó a las 755 tramitaciones, un 32% por debajo de los dígitos (1.111) de 2019: en este caso, tampoco se había bajado del millar de unidades en los últimos 18 años. Lo sucedido en Formentera es aún más grave, pues en el paraíso sobre dos ruedas a motor nunca se había caído tan bajo: sólo hubo 40 matriculaciones en 11 meses, nueve veces menos que en 2019 (374), lo que supone un descenso del 89,3%. Los rent a bike no renovaron en 2020. Allí sólo se bajó en una ocasión de los tres centenares de unidades, en 2009, en plena depresión, cuando sólo se contabilizaron 282 motocicletas y ciclomotores.

En cuanto al resto de vehículos (tractores, furgonetas, autobuses...) hubo 430 matrículas nuevas en Ibiza (-29,3%): en este caso hubo tiempos peores, como en 2014 (393), 2013 (423) y 2011 (428). En Formentera no pasaron de las 21 (-44,7%), el peor dato desde 2013.

Por motorizaciones, el desplome ha afectado a casi todas, pero hay algunas que se han librado. Por ejemplo, los híbridos, de los que curiosamente se tramitaron exactamente los mismos (187) en la isla de Ibiza que en 2019. Quizás sea fruto de la casualidad, pero lo más probable es que sea un caso de automatriculaciones de los concesionarios para cumplir objetivos. En Formentera hay 12 nuevos híbridos matriculados, uno más que hace un año.

Los eléctricos sí han experimentado un importante impulso, quizás por las ayudas que el Gobierno presta para adquirir estos caros vehículos y cuyos beneficiarios no son, precisamente, quienes tienen las rentas más bajas. Hay 82 nuevos eléctricos en el parque automovilístico de Ibiza, un 215,4% más que en el ejercicio previo, cuando sólo se dieron de alta 26 unidades en esa isla pitiusa. En Formentera no pasaron, en este tipo de motorización, de una matriculación, nueve menos que en 2019.

Y entre la crisis del coronavirus y que el actual Gobierno no aclara por dónde quiere que vaya el sector (la patronal ya pidió hace unos días, a tenor de la subida del impuesto de matriculación, que especifique si quiere realmente que se vendan coches o no), disminuyeron un 42,5% los que tienen motor de gasolina: de las 3.545 unidades de hace un año en Ibiza a las 2.037 de 2020. En Formentera, la caída es más acusada, del 80%: sólo se matricularon allí 109 de ese derivado del petróleo, cuando hace un año se llegó a los 547.

Y los de diésel, sobre todo debido a las campañas que lo demonizan, experimentan el cuarto recorte interanual consecutivo. En 2020, la bajada fue del 32,5%, hasta los 619 vehículos, pero en 2019 fue del 28,3%, en 2018 del 17,4% y en 2017, del 9,2%. Ahora se matriculan un 64% menos de diésel que en 2016 en Ibiza. En Formentera no pasaron de las 29 unidades con esa motorización, casi un 37% menos en términos interanuales. Hay que tener en cuenta que en esa isla ya se registró un descenso del 44,6% hace sólo un año.