El epicentro de la gestión del Covid en Ibiza

Están en contacto permanente con el 061, el centro rastreador, con el gestor de casos vulnerables, con la Policía, el personal sanitario que tiene cualquier consulta sobre protocolo y, por supuesto, con el de las UVAC, entre otros servicios. «Aquí somos como el nexo de unión y [los encargados de] la coordinación de los recursos y de los servicios; todo eso se hace desde aquí», comenta la responsable del mismo, la enfermera Sheila Palau.

«Yo trabajo todo el día con el correo electrónico y el teléfono. Llego y voy recibiendo información y se trata de gestionar», subraya Palau, quien cuenta, precisamente, que el centro coordinador de UVAC surgió «de la necesidad de centralizar» el gran volumen de información que se iba recabando en esas unidades volantes que, apunta, se pusieron en marcha para poder atender a pacientes leves de coronavirus en sus propios domicilios.

El origen de las UVAC

«Dos o tres semanas antes del aislamiento nos empezaron a formar sobre cómo atender a los pacientes Covid en domicilio», indica Palau, que recuerda que el personal que participó en estas acciones lo hacía de forma voluntaria, pues tenían sus puestos de trabajo «en centros de salud o en cualquier otra ubicación», comenta.

En definitiva, «el objetivo de esa formación era profesionalizar la atención domiciliaria a pacientes leves o asintomáticos de Covid», resalta y apostilla: «Bueno, inicialmente no había asintomáticos porque no se hacían PCR si no tenías ningún tipo de síntoma».

Así, con ese personal formado y en función de la necesidad, se iban activando los equipos compuestos «por médico y enfermera» destinados allí donde fuera preciso y que «se pasaban la mañana con el coche sacando muestras», detalla.

«Yo fui de las últimas en incorporarme porque la UVAC exprés se formó más tarde, viendo la necesidad que había de realizar grandes cribajes», señala en referencia a hacer pruebas para confirmar o descartar posibles casos de Covid en las residencias, entre el personal sanitario o entre el resto de profesionales esenciales.

Esta unidad -cuyo personal estaba formado por la enfermera, en este caso Palau, una técnico en cuidados de Enfermería y un administrativo- permitía hacer «pruebas multitudinarias en poco tiempo», resalta. «La gente podía esperar en el coche, había facilidad de entrada y salida, era un servicio rápido», detalla en referencia a que el personal que debía someterse a la prueba era citado, llegaba con su vehículo hasta el aparcamiento del viejo hospital Can Misses y sin ni siquiera salir del coche se le tomaba una muestra que después se analizaría.

«Al hacer este tipo de pruebas tan masificadas, había muchísima información que había que gestionar», dice Palau, que insiste en que de esa necesidad surgió el centro coordinador de UVAC. «Siempre había habido un coordinador de UVAC y éste era Pedro Campillo. Pero al acabar el confinamiento él decidió volver a su puesto y me propusieron a mí, que era la enfermera de la UVAC exprés, para ser la coordinadora de este centro», señala Palau.

De medicalizadas a básicas

Con el paso del tiempo y conforme disminuían los casos de coronavirus, las UVAC medicalizadas fueron desactivadas. «Se quedaron unas unidades básicas en base a la necesidad que había», apunta. Así, se decidió que las pruebas diagnósticas se harían en los centros de salud de Vila, es Viver, Santa Eulària, Sant Antoni, donde quedaron estas unidades básicas integradas únicamente por el personal de Enfermería, y de Formentera, si bien en este caso concretó sí se mantuvo la unidad medicalizada.

«Cada médico de Atención Primaria era el que asumía el seguimiento de sus pacientes. Se entendía como que nadie tenía que estar especializado en Covid, sino que todos teníamos que estar formados ante la nueva normalidad del coronavirus», afirma y cuenta que se seguía yendo a domicilios para algunas cuestiones.

Sí se mantuvo la UVAC exprés, si bien el volumen de trabajo una vez realizados los grandes cribajes iniciales se redujo considerablemente. «Es un gran recurso. Se mantiene con menos volumen de trabajo ahora mismo. Es que hoy no tienes a nadie, pero de repente te dicen que tienes cribar a 50 o a 90 personas, como pasó en el hotel de Formentera, y lo puedes organizar en cualquier momento», señala.

Precisamente en aquel brote de Formentera, se optó porque el personal de la UVAC de la menor de las Pitiusas se desplazara a realizar las pruebas PCR al propio establecimiento. «Hicieron un trabajo ingente, como de unas 100 pruebas», apostilló un portavoz del área de Salud, al tiempo que Palau concretó que primero se hicieron unas 25 pruebas a familia y contactos sociales del trabajador que dio positivo y luego al resto de los compañeros de trabajo.

Sin embargo, tras un periodo en el que se ha trabajado sólo con las UVAC básicas, se han vuelto a activar las medicalizadas. «Con el tema de rastreo, los contactos y demás, hay una nueva normalidad y es verdad que se necesita atención más individualizada y formación más específica», detalla Palau, que añade que están «para casos urgentes en domicilios que puedan ser respiratorios o Covid», inicialmente.

«En principio, los casos positivos los siguen los propios médicos de Atención Primaria. Continúa la misma dinámica. Pero están estos recursos para atención domiciliaria de tipo urgente relacionada con el Covid», sostiene y reitera que se trata de una medida adoptada de forma preventiva, «para estar preparados» si es necesario, no porque haya empeorado la situación. «Y de alguna forma sirve para descargar a Atención Primaria», apuntó el portavoz del área de Salud.

Así, en estos momentos en las Pitiusas hay nueve UVAC: cuatro avanzadas compuestas por médico y enfermera en los centros de salud de Vila, de es Viver, de Santa Eulària y de Sant Antoni, activadas recientemente; una avanzada que siempre ha estado activa en Formentera, y cuatro básicas formadas por equipos de Enfermería y técnicos en cuidados auxiliares de Enfermería que estaban en los mismos cuatro centros de salud de Eivissa. «Todas dan servicio a toda la isla», concretaron.

Pruebas a diferentes perfiles

Palau cuenta que cuando una persona cree que tiene síntomas de Covid-19, llama al 061, que realiza el cribaje correspondiente y remite el caso al centro de salud o a Atención Primaria. «Es su médico quien determina si acude la UVAC avanzada o se programa la visita al domicilio», dice.

En el caso de que el resultado sea negativo, la información no llega al centro coordinador. En el caso de que dé positivo, sí se lo comunican, «evidentemente», aunque el seguimiento lo sigue realizando el médico de Atención Primaria. «Nosotros hacemos un seguimiento del seguimiento, controlamos que se tengan todos los recursos, que el caso esté notificado a Sanidad y a los [encargados] de rastreo», indica Palau.

Señala que en estos momentos la realización de las PCR no está ligada sólo a indicaciones clínicas, sino que hay otros muchos casos en los que son necesarias: antes de un ingreso hospitalario o del traslado de un paciente de un centro a otro, a las embarazadas, a las personas que van a ser operadas, en las extracciones odontológicas o a los contactos estrechos de quien da positivo en coronavirus. En este último caso, cuenta que cuando los rastreadores establecen los contactos de una persona que da positivo, se lo comunican al centro coordinador de UVAC para que ellos se encarguen de activar los recursos necesarios para realizar las pruebas a todas esas personas.

Entre aquellos casos que pasan por sus manos Palau se refiere a los de los migrantes que llegan en patera y a quienes hay que hacer las pruebas diagnósticas para poder trasladarlos, tengan o no síntomas. «Eso lo gestionamos nosotros. Para cualquier traslado que apruebe el Ministerio tienen que tener una PCR negativa», señala.

En este sentido, recuerda a los dos migrantes llegados a Formentera en julio que dieron positivo y tuvieron que ser ingresados en el hospital aunque estaban asintomáticos.

«A los contactos estrechos, al no tener teléfonos, nosotros les hicimos un seguimiento presencial para ver su evolución y necesidades», afirma sobre el resto de personas que viajaban en la patera, que dieron negativo en los test y estuvieron aislados en una vivienda en Sant Josep. «Íbamos cada dos o tres días a verlos», recuerda y precisa que este seguimiento, cuando se hace por teléfono, es labor del centro de rastreo. «Cuando lo hacen ellos, si alguien inicia síntomas, nos llaman y nos dicen: 'A esta persona hay que derivarla'», indica y resalta el necesario feedback de información.

Otro caso que menciona es el de los turistas nacionales o extranjeros que llegan a la isla y que son cribados en el aeropuerto en base a la sintomatología. «Si sale algo alterado, se ponen en contacto conmigo y se activa [el protocolo establecido]», afirma Palau, quien agrega que tienen a su disposición los «hoteles puente» para aislar allí a turistas que puedan dar positivo y a sus familias antes de que lleguen «a un alojamiento turístico masificado y puedan exponer al resto de la población».

Sheila Palau aclara que el centro coordinador de UVAC gestiona la información relativa a pacientes leves o asintomáticos que reciben asistencia en el ámbito de la Atención Primaria. «A partir de que una persona entre en el hospital, ya se accede a otra fase», apuntan desde el área de Salud.

También señala que sí les derivan a ellos, desde el hospital de Can Misses, aquellos casos de gente que acude a las urgencias hospitalarias ante algún síntoma, pero que no precisa pruebas complementarias porque es leve, para que así ellos activen los recursos y no se exponga a quienes están en Urgencias.