Por segundo año consecutivo, el programa de fiestas de Forada ha incluido un curso práctico de construcción y conservación de pared de piedra seca, organizado por el departamento de Medio Rural del Consell de Ibiza. Este taller se celebra poco después de que se haya cumplido el primer aniversario de la declaración de esta técnica como Patrimonio Mundial Inmaterial por parte de la Unesco.

De nuevo ejerce como mestre marger Vicent Marí, Palermet, que en los últimos años también ha impartido otro curso de construcción de pared de piedra seca en las fiestas patronales de Santa Agnès de Corona, durante la popular fiesta de la sitja en sa Rota d'en Coca. Palermetgracias a las subvenciones públicas para reparar los cercados que se encuentran degradados en las fincas. Además, como encargar estos trabajos tienen un elevado coste económico y no siempre se encuentra personal especializado, «mucha gente se anima a levantar ellos mismos las paredes».

Sa Tanca d'en Mayans

El curso, divido en dos jornadas, se ha centrado en reparar un tramo de pared derruida justo enfrente del centro social de Forada, en una finca pegada a la carretera de Santa Agnès conocida como sa Tanca d'en Mayans.

Una docena de interesados inscritos en el curso se afana en recoger las piedras que habían formado el muro y otras del entorno para levantarlo al mismo nivel que la parte bien conservada del cercado.

Palermet asegura que la técnica básica de construcción es bien sencilla y no requiere más que paciencia y trabajo para conseguir que las paredes se sostengan por sí mismas, gracias a la gravedad y sin necesidad de argamasa. «Las piedras buenas y más grandes se han de colocar en la parte exterior del muro y cada una de ellas ha de asentarse, como mínimo, sobre otras dos rocas, así se consigue que se rompa la junta y se forma la estructura».

Así, se forman dos líneas paralelas con los bloques de mayor tamaño bien sustentados unos sobre otros, mientras que el interior se rellena con reble (cascotes). Estos también deben ponerse de manera meticulosa y no de cualquier manera. «No se trata de arrojarlos a senalles, sino que los cascotes deben colocarse como si fuera un puzle, porque es el material que acaba sosteniendo la pared.

Estas piedras pequeñas que se usan como relleno también sirven de filtro para el agua y la tierra y paliar así los efectos de la erosión en las riadas.

Piedras en horizontal o vertical

Mientras que una parte de los doce asistentes se dedica a rellenar el interior del muro con el reble, otros van levantando los laterales con los bloques que, en el caso de sa Tanca d'en Mayans, se colocan de manera vertical. «Es simplemente una cuestión de estética», aclara Palermet, «ya que se encuentran por igual paredes con las piedras puestas de manera horizontal o verticales y cumplen la misma función las dos».

El muro que deben reconstruir también cuenta con una altura considerable, un metro setenta, aunque Palermet apunta que se debe a que se rebajó el terreno original en las obras de construcción de la carretera. En la parte interior de la finca, donde se mantiene el suelo original se percibe la diferencia de tamaño, aunque sigue contando con una altura considerable.

«Normalmente, se contaban unos seis palmos de altura para construir un cercado que el ganado no pudiera saltar, recuerda Palermet, que aprendió esta técnica de sus abuelos. En total, durante las dos sesiones del curso se va a restaurar un tramo de cinco metros de longitud de sa Tanca d'en Mayans.

Esta técnica de construcción de paredes cumple ahora su primer aniversario como Patrimonio de la Humanidad, después de que la convención de la Unesco celebrada en la República de isla Mauricio aceptara así una candidatura impulsada por España, Chipre, Grecia, Suiza, Italia, Francia, Croacia y Eslovenia. Además, en enero de 2018, el Consell de Ibiza también había aprobado su declaración como Bien de Interés Cultural.